EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

El regreso del hijo pródigo. Así es Dios



La belleza del arte llama al hombre hacia Dios. Este cuadro de Rembrandt colgado en el Museo del Hermitage de San Petersburgo lo ha hecho. Ha llamado al sacerdote Henri J.M. Nouwen a un proceso de renovación espiritual e interiorización de Dios que plasma en su libro El regreso del hijo pródigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt. PPC Ed. 1992

El autor explica lo que sintió la primera vez que lo vió en un cartel: "Vi a un hombre vestido con un enorme manto rojo tocando tiernamente los hombros de un muchacho desaliñado que estaba arrodillado ante él. No podia apartar la mirada. Me sentí atraído por la intimidad que había entre las dos figuras, el cálido rojo del manto del hombre, el amarillo dorado de la túnica del muchacho, y la misteriosa luz que envolvia a ambos. Pero fueron sobre todo las manos, las manos del anciano, la manera como tocaban los hombros del muchacho, lo que me trasladó a un lugar donde nunca había estado antes"


Casi tres años después, Henri Nouwen, por fin, está delante del cuadro en el Hermitage: "Y allí estaba yo, delante del cuadro que habia estado en mi mente y en mi corazón desde hacía casi tres años. Estaba maravillado por su majestuosa belleza. Su tamaño, mayor que el tamaño natural; sus abundantes rojos, marrones y amarillos; sus huecos sombreados y sus brillantes primeros planos, pero sobre todo, el abrazo de padre e hijo envuelto de luz y rodeado de cuatro misteriosos mirones (...) Me dejó completamente cautivado. Realmente, estar aquí era volver a casa"

La experiencia del amor de Dios nos acerca al infinito, a la eternidad. Por ello, Henri Nouwen ha podido escribir un libro entero sobre este cuadro y todo aquello que Dios le dice a través de él. "Todo lo que he vivido desde mi primer encuentro con aquella representación del cuadro de Rembrandt no sólo me ha dado la inspiración para escribir este libro, sino que también me dió la idea para estructurarlo. Primero me reflejaré en el hijo menor, después en el mayor, y por último en el padre. Porque, de hecho, soy el hijo menor, soy el hijo mayor, y estoy en camino de convertirme en padre" (a ésto último se refiere en el sentido de la acogida incondicional y misericordiosa a los demás)

El libro alcanza mucha profundidad. Muestra cómo la obra de arte le ha hablado de Dios. Y, también, le ha hablado Dios
"Estas manos, son las manos de Dios. También son las manos de mis padres, de mis profesores, amigos, curadores y todos aquellos que Dios ha puesto en mi camino para recordarme lo seguro que vivo". En cierta manera, a través de la misericordia que el autor siente emanada del cuadro, aprende a conocer la verdadera naturaleza de Dios "El misterio consiste en que Dios en su infinita compasión se ha unido a la vida de sus hijos para la eternidad. Ha elegido libremente depender de sus criaturas, a quienes dio el don de la libertad. Esta elección hace que sienta dolor cuando se marchan; esta elección hace que sienta una alegría inmensa cuando vuelven"

Henri Nouwen constata, gracias al cuadro, que al hijo pródigo siempre le habia estado esperando su padre y que, incluso, va a su encuentro "Ahora me pregunto si durante todo este tiempo he sido lo suficientemente consciente de que Dios ha estado intentando encontrarme, conocerme y quererme. La cuestión no es ¿Cómo puedo encontrar a Dios? sino ¿Cómo puedo dejar que Dios me encuentre? La cuestión no es ¿Cómo puedo conocer a Dios? sino ¿Cómo puedo dejar a Dios que me conozca? Y, finalmente, la cuestión no es ¿Cómo voy a amar a Dios? sino ¿Cómo voy a dejarme amar por Dios?"



El regreso del hijo pródigo. Rembrandt. 1668. Museo del Hermitage


Sobre la parábola del hijo pródigo son muy interesantes los tres capítulos de los Comentarios al Catecismo de la Iglesia Católica de monseñor José Ignacio Munilla en Radio Maria:








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