EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

Somos católicos



 "Siempre mantente unido a la Santa Iglesia Católica, porque sólo ella puede salvarte, porque sólo ella posee a Jesús sacramentado, que es el verdadero príncipe de la paz. Fuera de la Iglesia Católica no hay salvación, ella te da el bautismo, el perdón de los pecados, el cuerpo, la sangre, el alma, y la divinidad de Jesucristo, concediéndote por tanto la vida eterna y todos los santos sacramentos para llevar una vida de santidad" (San Pío de Pietrelcina)



Seriecatolicismo.com

Las piruetas de los nabos. Hermano Rafael



   "El día está triste, unas nubes muy feas, un viento “si es no es” fuerte, algunas gotas de agua que caen como de mala gana y que lamen los cristales y, dominándolo todo, un frío digno del país y de la época.

Lo cierto es que aparte del frío, que lo noto en mis helados pies y refrigeradas manos, todo esto se puede decir que casi me lo imagino, pues apenas he mirado la ventana. La tarde que padezco hoy es turbia, y turbio me parece todo. Algo me abruma el silencio, y parece que unos diablillos están empeñados en hacerme rabiar, con una cosa que yo llamo recuerdos… Paciencia y esperar.

    En mis manos han puesto una navaja, y delante de mí un cesto con una especie de zanahorias blancas muy grandes y que resultan ser nabos. Yo nunca los había visto al natural, tan grandes y tan fríos ¡Qué le vamos a hacer!, no hay más remedio que pelarlos.  

                                           
El tiempo pasa lento, y mi navaja también, entre la corteza y la carne de los nabos que estoy lindamente dejando pelados. 

Los diablillos me siguen dando guerra ¡¡Que haya yo dejado mi casa para venir aquí con este frío a mondar estos bichos tan feos!! Verdaderamente es algo ridículo esto de pelar nabos, con esa seriedad de magistrado de luto. 

Un demonio pequeñito, y muy sutil, se me escurre muy adentro y de suaves maneras me recuerda mi casa, mis padres y hermanos, mi libertad, que he dejado para encerrarme aquí entre lentejas, berzas y nabos.

El día está triste… No miro la ventana, pero lo adivino. Mis manos están coloradas, coloradas como los diablillos; mis pies ateridos… ¿Y el alma? Señor, quizás el alma sufriendo un poquillo… Mas no importa…, refugiémonos en el silencio.

Transcurría el tiempo, con mis pensamientos, los nabos y el frío, cuando de repente y veloz como el viento, una luz potente penetra mi alma… Una luz divina, cosa de un momento… Alguien que me dice que ¡qué estoy haciendo! ¿Qué estoy haciendo? ¡Virgen Santa!! ¡qué pregunta! Pelar nabos… ¡pelar nabos! ¿Para qué?... Y el corazón dando un brinco contesta medio alocado: pelo nabos por amor…, por amor a Jesucristo.

(...)

En el mundo se desaprovecha mucho, pero es que el mundo distrae… Tanto vale en el mundo el amar a Dios en el hablar, como en la Trapa en el silencio; la cuestión es hacer algo por Él…, acordarse de Él… El sitio, el lugar, la ocupación, es indiferente.

Dios me puede hacer tan santo pelando patatas que gobernando un Imperio.

Qué pena que el mundo esté tan distraído…, porque he visto que los hombres no son malos…, y que todos sufren, pero no saben sufrir…

Si por encima de la frivolidad, si por encima de esa capa de falsa alegría con que el mundo oculta sus lágrimas, si por encima de la ignorancia de lo que es Dios, elevaran un poco los ojos a lo alto…, seguramente les ocurriría lo que al fraile de los nabos…, muchas lágrimas se enjugarían, muchas penas se endulzarían y muchas cruces se amarían para poder ofrecerlas a Cristo.

Cuando terminó el trabajo, y en la oración me puse al pie de Jesús muerto…, allí a sus plantas deposité un cesto de nabos peladitos y limpios… No tenía otra cosa que ofrecerle, pero a Dios le basta cualquier cosa ofrecida con el corazón entero, sean nabos, sean Imperios.

La próxima vez que vuelva a pelar raíces, sean las que sean, aunque estén frías y heladas, le pido a María no permita se acerquen los diablillos rojos a hacerme rabiar. En cambio, le pido me envíe a los ángeles del cielo, para que yo pelando y ellos llevando en sus manos el producto de mi trabajo, vayan poniendo a los pies de la Virgen María rojas zanahorias; a los pies de Jesús, blancos nabos, y patatas y cebollas, coles y lechugas…

En fin, si vivo muchos años en la Trapa, voy a hacer del cielo una especie de mercado de hortalizas, y cuando el Señor me llame y me diga basta de pelar…, suelta la navaja y el mandil y ven a gozar de lo que has hecho…, cuando me vea en el cielo entre Dios y los santos, y tanta legumbre…, Señor Jesús, no podré por menos de echarme a reir"  HERMANO RAFAEL  Mi cuaderno. San Isidro. 12 de diciembre de 1936


Jesús dentro de nosotros

  
      "Después de Pentecostés, Jesucristo es interior al hombre y atrae al hombre hacia su propio interior. El hombre participa de Cristo, el cual es, a su vez, la Vida de su vida. Todo esto surge en el Espíritu Santo. ¿Pero es que alguien puede estar presente en otra persona?

       Puedo amar tan entrañablemente a una persona que la atención de mi corazón esté siempre pendiente de ella. Pero debo decir que lo que hay en mí no es esta persona misma, sino su imagen y su influencia. Existe el deseo de participar en el otro, pero aún la unión más intima se detiene ante una barrera: la que hace que el otro sea él y no yo. No hay ningún "nosotros" humano que suprima las barreras del "yo". El hecho de que cada uno sea este ser preciso, con naturaleza y destino propios, le distingue y le separa de todos los demás. Eso no ocurre en el caso de Jesucristo. 

      Después de la Ascensión del Señor, el Espíritu santo ha producido en el hombre una hendidura, un espacio interior, en el cual ha podido penetrar el Señor transformado. Y ahora Él está en nosotros y nosotros en Él- en el Espíritu Santo. Por la gracia, en Cristo nosotros participamos en su relación de amor con el padre. Por Él estamos frente al Padre como ellos que son conocidos y conocedores" ROMANO GUARDINI El Señor. Ediciones Cristiandad

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Defendamos la santidad. Que nada empañe la belleza de Todos los Santos

    "Yo no celebro la muerte, celebro la vida, renuevo mi gratitud y mis vínculos con mis antepasados y los de mi pueblo, les pido un año más su compañía y lo hago sin morbo alguno, sin magia, sin ocultismo... Yo no celebro la muerte, celebro esta vida que vivo y la promesa de su continuidad en una Vida eterna para todo el que la quiera aceptar, sin distinciones. Yo celebro la santidad de todas las personas a quienes conozco y también la de nuestros antepasados; celebro un cielo en el que está preparada la mesa de la alegría y celebro que en ella tengo un sitio prometido, un buen sitio, aunque sé –de momento- que no es de los primeros sitios en esa mesa, porque antes que yo han ganado ese gozo con creces los que han padecido el hambre y la sed, los perseguidos por causa de la justicia, los maltratados, aquellos a quienes la enfermedad ha machacado lentamente, los que todos hemos olvidado aquí y que allí han sido recibidos como santos" FERNANDO VILAR MORENO
                
                      LA SANTIDAD ES JESÚS VIVIENDO Y ACTUANDO EN NOSOTROS


    “El primer paso para ser santo es desearlo. Jesús quiere que seamos tan santos como Su Padre. La santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría. Las palabras "Deseo ser santo" significan: quiero despojarme de todo lo que no sea de Dios; quiero despojarme y vaciar mi corazón de cosas materiales. Quiero renunciar a mi voluntad, a mis inclinaciones, a mis caprichos, a mi inconstancia, y ser un esclavo generoso de la voluntad de Dios. 

      Con una total voluntad amaré a Dios, optaré por Él, corerré hacia Él, llegaré a Él y Lo poseeré. Pero todo depende de las palabras "Quiero" o "No quiero". He puesto toda mi energía en la palabra "Quiero". Para ser santos necesitamos humildad y oración".

       "Nuestras obras de caridad no son otra cosa que el rebosar de nuestro amor por Dios que surge de nuestro interior. Por lo tanto, aquel que está más unido a Él ama más a su prójimo”. “Nuestra actividad es verdaderamente apostólica sólo en la medida en que permitimos que él actué en y por medio de nosotros –con su poder, con su deseo, con su amor. Debemos ser santos, no porque queremos sentirnos santos, sino porque Cristo debe ser capaz de vivir su vida plenamente en nosotros”. 

     “Consumámonos con él y por él. Déjale ver con tus ojos, hablar con tu lengua, trabajar con tus manos, caminar con tus pies, pensar con tu cabeza y amar con tu corazón. ¿No es esto la unión perfecta, una continua oración amorosa? Dios es nuestro padre amoroso. Permite que tu luz de amor brille tanto ante los hombres que al ver tus buenas obras (lavar, barrer, cocinar, amar a tu marido ya tus hijos) puedan glorificar al Padre”. “Sé santo. La santidad es el camino más fácil para saciar la sed de Jesús, la suya por ti y la tuya por él”. MADRE TERESA DE CALCUTA



       
                                

                                  NO TENGAMOS MIEDO DE TENDER HACIA LO ALTO

  "Queridos amigos, ¡qué grande y bella, y también sencilla, es la vocación cristiana vista a esta luz! Todos estamos llamados a la santidad: es la medida misma de la vida cristiana. Una vez más san Pablo lo expresa con gran intensidad cuando escribe: «A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo ... Y él ha constituido a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud» (Ef 4, 7.11-13). Quiero invitaros a todos a abriros a la acción del Espíritu Santo, que transforma nuestra vida, para ser también nosotros como teselas del gran mosaico de santidad que Dios va creando en la historia, a fin de que el rostro de Cristo brille en la plenitud de su esplendor. No tengamos miedo de tender hacia lo alto, hacia las alturas de Dios; no tengamos miedo de que Dios nos pida demasiado; dejémonos guiar en todas las acciones cotidianas por su Palabra, aunque nos sintamos pobres, inadecuados, pecadores: será él quien nos transforme según su amor" BENEDICTO XVI. Audiencia general del 13 de Abril de 2011









Origen y significado de Halloween
Halloween: ¿cristianismo o paganismo?
Alternativas a Halloween
Our Parish All Saints' Party and Costume Contest
Happy All Hallows' Eve
 

No apartes la mirada del cielo

El árbol de la vida. Terrence Malick
Tenia pendiente hacer este post hace tiempo. La idea me surgió durante una eucaristia en la explanada de Medjugorje, en el 23 Mladifest, en agosto de 2012. Mientras se recitaba uno de los salmos, sentado sobre una silla plegable, sentí la necesidad de alzar la mirada hacia el tejado de la Iglesia de Santiago Apóstol. La visión desde allí es muy bella, especialmente si se observan las dos torres-campanario del templo. Y a veces, por la tarde, una pareja de palomas se posa sobre la cima de la carpa del altar exterior del templo, como si observaran a la multitud congregada abajo.  

  Pensé: la verdad es que es bella la vista de este altar, en esta celebración tan especial. Pero al ser una vista desde abajo, el cielo cobró una dimensión especial, impresionante para mí. La sensación que me transmitía era la siguiente: el altar es bello, la liturgia es bella, pero este cielo me sobrepasa, me inunda su infinitud, incluso más que la propia liturgia. Y esta sensación se convirtió en una especie de oración a la inversa, en la que Dios me revelaba Su poder y Su amor infinitos. Pensé entonces: qué distintas serian todas las cosas todos los días si viviera con la atención y la mirada puesta en el cielo. No sólo en la literalidad de esta idea, sino en oración continua. Y es que la persona, cuando mira al cielo, visita de alguna manera a Dios, habla con Él, encuentra su verdadero sitio en este mundo, accede a su verdadera realidad, la más real, la que más le centra en su existencia terrena, porque le abre a su dimensión espiritual, la otra dimensión que tenia abandonada y que es su verdadera esencia. 

 Pasado un tiempo, leyendo un libro de sor Emmanuel Maillard, evoqué estas sensaciones. El libro está dedicado a Marián de Belén, la pequeña árabe, una jóven humilde de Galilea que vivió en la segunda mitad del siglo XIX, se consagró como religiosa carmelita y vivió una vida de santidad. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1983. Pues bien, en el libro sobre la vida de esta humilde mujer hay un pasaje que relata la inspiración que Mariam recibió del mismo Jesucristo para indicarle cómo debia contruirse el convento del Carmelo de Belén. Me llamó especialmente la atención el diseño de la capilla. Así lo relata sor Emmanuel, después de haberla visto in situ:

"La capilla de las hermanas me impactó también bastante. Por ejemplo, la parte baja de las ventanas está por encima de las cabezas cuando uno está de pie. Ahí también vemos claramente el mensaje de Jesús: ¡una carmelita en su oración, solo tiene que considerar el cielo! No se distinguen ni los árboles ni las casas, ni siquiera las colinas de alrededor, solo se ve el cielo. Una carmelita en su oración solo se tiene que ocupar de las cosas del cielo, y tiene, a través de su vida y su oración, que guiar al mundo entero hacia el cielo. ¡Ahí está! Todo el Carmelo está concebido así, y encontramos en él una rica fuente de enseñanzas."

La clausura en el Corazón de Jesús. Hermano Rafael


    "Tú, Señor, sólo estás en el corazón desprendido de todo. Tú, buen Jesús, divino amado mío, tienes tus delicias...¡Ah!, Señor, qué voy a decir, en el corazón del hombre...Yo te brindo el mío. 

     Déjame hacer en el tuyo mi celda. Déjame hacer junto a él mi lecho. Déjame vivir solo y desnudo de todo junto a tu Corazón Divino, y ríame de los hábitos, de las coronas, y...de las barbas de todos los conversos del mundo. Seré siempre el mismo para Ti, ¿verdad, Jesús?" HERMANO RAFAEL Dios y mi alma. 1095  (1938)

El hombre se rinde ante la inmensidad del amor de Dios


    El hombre se rompe y se abre a Dios cuando descubre que Él quiere darle un amor enormemente más grande de lo que esperaba. El amor de Dios, literalmente, le desborda, le supera, le conmueve, le rompe por dentro y rompe todos sus cerrojos: le abre a la eternidad.

      Al hombre tocado por el amor de Dios se le abre el entendimiento a una nueva dimensión: sale al encuentro de la eternidad. Rompe los cerrojos de un existir ilusorio cotidiano secuestrado por los pensamientos y lo devuelve a la realidad: sale a la eternidad. El mundo que le rodea es el mismo, pero ahora está bañado de una nueva luz, un nuevo barniz: la eternidad. El otro es eternidad. La luz, los árboles, son eternidad. Dios está aquí. Nos rodea. Siempre estuvo aquí. Nunca se fue. Nunca nos abandonó. Y su amor hacia nosotros nos desborda. Nos rebosa un amor inabarcable, inimaginable, que sigue y sigue inundándonos. Es el amor eterno de Dios. Es el amor infinito a un ser pequeño, que le inunda y le desborda completamente. El hombre se deshace: nunca imaginó un amor tan grande. No creía que Dios pudiera amar tanto a su criatura, a su hijo. Que fuera merecedor de un amor tan descomunal. Pero sí, él descubre que el amor de Dios es así: una fuente de amor descomunal sobre un vaso pequeño y sucio

Adoro los viernes

  Adoro los viernes. Es el día de la semana más esperado: es el día en el que participo en la Adoración al Santísimo.

   Es la esperanza al final de la semana laboral, el día en el que la fuerzas flaquean después de las tribulaciones y tensiones acumuladas durante la semana. Es el día en el que puedo reposar en los brazos del Señor, frente a Él, depositando en Sus manos mis tensiones, mis temores, mi cansancio, mis pecados. Y mis esperanzas.

Y no lo hago sólo: lo hago en grupo, como tantas cosas celebramos en la Iglesia. Adoro en el Grupo de Oración Reina de la Paz, de Medjugorje, en la parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia. Allí he encontrado las noches de los viernes el remanso de paz donde repongo fuerzas de cara al fin de semana. Previamente a la Adoración, rezamos juntos el Rosario, uno de los grandes regalos que me ha dado la Virgen en su escuela de Medjugorje.

Así, con el Rosario y la Adoración, el Señor disipa mis tensiones, serena mi alma y la prepara para el gran banquete eucarístico en el que me espera el sábado por la noche junto con mis hermanos de Comunidad.

     En resumen: adoro los viernes por muchas razones. Éstas son algunas de ellas:

Adoro los viernes porque el Señor me llama. Quiere estar conmigo.

Adoro los viernes porque Jesús vivo y resucitado se encontró conmigo personalmente cuando peregriné a Medjugorje para el 21 Festival de Jóvenes (Mladifest). Fue durante la Adoración Eucarística en la noche del 2 de Agosto de 2010. Y desde entonces vivo del amor eucarístico muchos días, en especial los viernes.

Adoro los viernes porque ese día experimento especialmente que sólo en Cristo encuentro el descanso que necesita mi alma. Y en él encuentro el perdón por mis infidelidades a Él.

Adoro los viernes porque Él me mira y yo le miro. Él me habla y yo le hablo. Él me escucha y yo le escucho, muchas veces en el silencio. Es allí, en lo profundo de este silencio, donde Él es mas elocuente.

Adoro los viernes porque adoro a Jesús en compañía de mi mujer y ella y yo nos hacemos uno en Cristo. Él nos ama y nosotros le amamos.

Adoro los viernes porque a veces mi hijo pequeño se viene con nosotros a la Adoración. Y lo hace porque la Iglesia le regaló desde los 5 años participar en el Oratorio del padre Gonzalo y desde entonces reconoce con naturalidad las presencias de Jesús, especialmente en la Eucaristía. En él veo a Jesús con toda su ternura, a mi lado, en el banco del templo.

Adoro los viernes porque vivo el amor eucarístico en un grupo de oración, en comunión con la Iglesia, como todo lo que celebra la Iglesia.

Adoro los viernes porque ya está cerca la comunión y el banquete eucarístico del sábado. Además, después de la Adoración, el sacerdote nos da la eucaristia.

Adoro los viernes porque Jesús me recuerda ése día que el resto de la semana también me espera en la soledad de una capilla, en el sagrario.

Adoro los viernes porque ése día Él quiere adorarme. Como a un hijo único.

Adoro los viernes por agradecimiento al amor de Dios.

Y por éstas y otras muchas razones, adoro los viernes.


Nota relacionada en el blog: Adoración Eucarística

Enlace relacionado:  reinadelapaz.valencia@gmail.com

"Lo mejor de nosotros": lo mejor está a nuestro lado

  Me encantan iniciativas como ésta: el concurso fotográfico "Lo mejor de nosotros", convocado por la Fundación Mutua Madrileña a partir de fotografías domésticas. 

  Son retratos cotidianos que muestran la alegría, la ternura, la solidaridad, el  esfuerzo que rodean nuestra vida y que son la esencia misma de ella. Muestran lo mejor de nosotros, lo mejor del ser humano. Aquello que predomina cada día y que muchas veces no vemos. Aquello que tantas veces damos por hecho, por descontado, pero que son algo extraordinariamente ordinario. Aquellas pequeñas cosas que forman parte de nuestra existencia y que son las que realmente nos dan sentido, porque se basan en nuestra relación con los demás. 

 Estamos rodeados de una vida bella, pero tantas veces no lo vemos, agobiados por nuestros miedos, fracasos, rencores o dificultades económicas. Por eso, iniciativas como ésta son preciosas, porque nos muestran que hay vida más allá de la crisis económica o de los problemas familiares o de salud. Detrás de cada uno de nosotros y detrás de los que nos rodean hay algo sencillo que es, en si mismo, mucho más bello que la mejor obra de arte. Es, sencillamente, la compañía, la misma existencia del otro que da a mi vida plena existencia. No estamos solos. Somos parte de la existencia humana. A veces hemos podido llegar a pensar que no contamos para los demás, que no somos "nadie" en este mundo. Lo bello de esta extensa colección de fotografías es que demuestra que éso no es verdad. El objetivo de la cámara demuestra que somos alguien importante para los demás

Por cierto, si acceden a los enlaces que facilito abajo, les recomiendo que se paseen por las galerías de todos los premios del certamen. Si tienen tiempo, recorran con tranquilidad la galería general de fotos. Se encontraran con auténticas joyas, perlas cotidianas que confirman científicamente, que la vida es algo muy bello que merece la pena vivirla cada minuto. A continuación dejo algunas de las fotos que he encontrado en las primeras páginas, pero si se sumergen en la galería, podrán encontrar otras bellos ejemplos.

Por cierto, escribiendo esta nota se me ha ocurrido crar un nuevo tag o etiqueta de este blog: el de las notas relacionadas con la belleza cotidiana.  


Galería completa de "Lo mejor de nosotros"
Las fotografías premiadas
Finalistas
Las fotos más votadas

Entrada relacionada en el blog:
ThePosit: la esperanza

Depender de Dios nos hace libres. Fuimos creados para el Infinito. Benedicto XVI

"Toda persona ha sido creada para que pueda entrar en diálogo con Dios, con el Infinito. Al inicio de la historia del mundo, Adán y Eva son fruto de un acto de amor de Dios, hechos a su imagen y semejanza, y su vida y su relación con el Creador coincidían: «Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó» (Gn 1, 27). Y el pecado original tiene su raíz última precisamente en el sustraerse de nuestros progenitores a esta relación constitutiva, en querer ocupar el lugar de Dios, en creer que podían prescindir de él. Sin embargo, también después del pecado permanece en el hombre el deseo apremiante de este diálogo, casi una firma grabada con fuego en su alma y en su carne por el Creador mismo"

  "Incluso cuando se rechaza o se niega a Dios, no desaparece la sed de infinito que habita en el hombre. Al contrario, comienza una búsqueda afanosa y estéril de «falsos infinitos» que puedan satisfacer al menos por un momento. La sed del alma y el anhelo de la carne de los que habla el salmista no se pueden eliminar; así el hombre, sin saberlo, va en busca del Infinito, pero en direcciones equivocadas: en la droga, en una sexualidad vivida de modo desordenado, en las tecnologías totalizadoras, en el éxito a cualquier precio, incluso en formas engañosas de religiosidad. También a menudo se corre el riesgo de absolutizar las cosas buenas, que Dios ha creado como caminos que conducen a él, convirtiéndolas así en ídolos que sustituyen al Creador".

 "Para encontrarse verdaderamente a sí mismo y la propia identidad, para vivir a la altura del propio ser, el hombre debe volver a reconocerse criatura, dependiente de Dios. Al reconocimiento de esta dependencia —que en lo profundo es el gozoso descubrimiento de ser hijos de Dios— está vinculada la posibilidad de una vida verdaderamente libre y plena". 

  "El Infinito mismo, en efecto, para hacerse respuesta que el hombre pueda experimentar, asumió una forma finita. Desde la Encarnación, desde el momento en que el Verbo se hizo carne, quedó eliminada la insalvable distancia entre finito e infinito: el Dios eterno e infinito dejó su Cielo y entró en el tiempo, se sumergió en la finitud humana. Ahora ya nada es banal o insignificante en el camino de la vida y del mundo. El hombre está hecho para un Dios infinito que se ha hecho carne, que ha asumido nuestra humanidad para atraerla a las alturas de su ser divino". 

  "Cada cosa, cada relación, cada alegría, como también cada dificultad, encuentra su razón última en el hecho de que es ocasión de relación con el Infinito, voz de Dios que continuamente nos llama y nos invita a elevar la mirada, a descubrir en la adhesión a él la realización plena de nuestra humanidad. «Nos has hecho para ti —escribía san Agustín— y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti» (Confesiones I, 1, 1). No debemos tener miedo de aquello que Dios nos pide a través de las circunstancias de la vida, aunque fuera nuestra entrega total en una forma particular de seguir e imitar a Cristo en el sacerdocio o en la vida religiosa. El Señor, al llamar a algunos a vivir totalmente de él, invita a todos a reconocer la esencia de la propia naturaleza de seres humanos: estamos hechos para el infinito. Y Dios quiere nuestra felicidad, nuestra plena realización humana". BENEDICTO XVI Mensaje a los participantes de la XXXIII edición del Meeting de Rímini 10 de Agosto de 2012

“¡Queridos hijos! Mientras miráis en la naturaleza la riqueza de colores que el Altísimo os da, abrid el corazón y orad con agradecimiento por todo el bien que tenéis, y decid: “he sido creado aquí para la eternidad”, y anhelad las cosas celestiales, porque Dios os ama con un amor infinito. Por eso, Él también me dio a vosotros para deciros: solamente en Dios está vuestra paz y esperanza, queridos hijos. Gracias por haber respondido a mi llamada”. Mensaje de la Virgen en Medjugorje el 25 de septiembre de 2012



La comunión nos hace invencibles


   Manhattan, Nueva York. Seis superhéroes, los Vengadores, llegan a un momento crucial en la defensa de la ciudad (y del mundo) El ejército del mal (Chitauri) ya ha iniciado la invasión de Nueva York y avanza rápidamente por la ciudad, destruyendo todo lo que encuentra a su paso. Los Vengadores están en una encrucijada ¿cómo hacer frente a tal amenaza? Es el momento, para mí, más importante de la película Los Vengadores, de Joss Whedon (2012)

Hasta entonces, el villano Loki había conseguido crear brechas en el equipo de los Vengadores haciendo brotar disputas pasadas entre ellos o reafirmándose unos sobre otros. Ésa ha sido la clave del mal: crear division. Pero llegado a este momento, en medio de los escombros de Manhattan, los Vengadores inician la batalla final que les llevará a la victoria. ¿Cómo lo han conseguido? La imagen es la respuesta. Forman un círculo, unen sus esfuerzos por un bien común alejando los personalismos. Y asumen el liderazgo de uno de ellos, el Capitán América, que en ese momento diseñará la estrategia. A partir de entonces, la victoria está servida.




Esta secuencia es una buena muestra de que el mal no puede con nosotros si mantenemos la comunión. Comunión con los otros, comunión con Dios. En la unidad no hay fisuras, no cabe el mal. Sólo penetra en la fisuras, las divisiones, las rivalidades, los rencores que él mismo suscita. Cuando estamos en comunión, en paz con los otros, no puede con nosotros. Y triunfamos contra él bajo el liderazgo de Jesucristo.

La obediencia es la otra clave de la secuencia. Los Vengadores saben que cada uno, por sí mismo, tiene los poderes para hacer frente a todo un ejército enemigo. E incluso estan convencidos que su poder es mayor que el de los otros. Pero esta vez la situación es distinta. No se trata de sobrevivir ellos al enemigo, sino que la Tierra sobreviva. Y éso no lo pueden hacer solos, o peleando por su cuenta. Necesitan asumir que han de ser una unidad. Su fuerza para hacer frente a este desafio definitivo está en la unidad, la comunión. Pero para poder entrar en esta disposición, han de obedecer. Son uno más. Y uno ha de tomar las decisiones y mandar al resto. La obediencia les hace triunfar. Comunión y obediencia, dos claves en una sola secuencia cinematográfica que es una verdadera Palabra para nuestra vida, si es que realmente deseamos no dejarnos vencer por el mal. 

Por cierto. Me encanta el guiño final del director, desconocido para la mayor parte del público, que nos retiramos cuando aparecen los títulos de crédito. Pues bien, al final incluye una escena de los Vengadores comiendo shawarma, tal y como les pidió Stark a sus compañeros después de "volver a la vida" tras su espectacular caida.

Erupción solar


    Erupción solar del 17/09/2012 tomada por la NASA
   
    Fuente: la imagen astronómica del día. Archivo de la NASA

Emaús: Él vendrá y te salvará



  Emaús hombres                                                                                        Emaús mujeres





Dile a quien sufre en su soledad:
no debes temer.
Pues el Señor, tu Dios poderoso,
cuando invoques su nombre, Él te salvará. 

Él vendrá y te salvará. 
Él vendrá y te salvará. 
Dile al cansado que Él pronto volverá. 
Él vendrá y te salvará. 

Él vendrá y te salvará, 
Él vendrá y te salvará. 
Alza tus ojos hoy, 
que Él te levantará. 
Él vendrá y te salvará. 

Dile a quien tiene herido el corazón: 
no pierdas la fe, 
pues el Señor, tu Dios, con su gran amor, 
cuando invoques su nombre, Él te salvará. 

Él vendrá y te salvará...

Es refugio en el peligro, 
nuestro escudo en la tormenta, 
fortaleza en el sufrimiento, 
defensa en la guerra es. 
¡Fuerte es! 

Él vendrá y te salvará...


Enlace relacionado:
Los retiros de Emaús

Santa Faustina Kowalska. Ejercicios espirituales


Diario. Santa Faustina Kowalska

Ser monja. Agustinas de Sant Mateu


Asi somos, así­ vivimos from Monjas Agustinas Sant Mateu on Vimeo.

Agustinas de Sant Mateu. Videos



    "Muchos me lo preguntáis, así que escribo estas letras para compartir con todos lo que Dios ha hecho y está haciendo en mi vida. 

   Hace medio año tomé la decisión de entrar como postulante (aspirante a monja) en un monasterio de clausura (el de las agustinas, en Sant Mateu). Esto suena surrealista si miramos la sociedad actual y la vida que hasta mi entrada en el convento he llevado. 

Quien no me conoce puede pensar que soy una beata, una santita… ¡Ojalá! Pero quien me conoce un poquito sabe de sobra que no es así. De niña fui siempre muy introvertida, pensando que era el patito feo, poco estudiosa, gordita, con granitos,… ¡Vamos: poco vistosa! Y esto creó en mi niñez una gran sensación de vacío afectivo. Cuando crecí y empecé a ser "más vistosita" creí entender que esto era lo importante: llamar la atención, ser sociable, simpática, amable,… ¡Todo fachada! Caí en el peligro de preocuparme tanto de lo de fuera que descuidé lo de dentro, todos los dones que Dios me había regalado los estaba aprovechando para llenar mi yo afectivo en lugar de compartirlos con los hermanos. ¡Cuán ignorante fui!

En mi adolescencia me comporté como un pavo real: presumiendo de mis plumas. Pero, como al susodicho, cuando está bien hinchado, resulta que le despellejan, le cortan a trocitos, le guisan y sirve de alimento a unos comensales, esto mismo hice yo conmigo. Sin embargo hay algo que ningún mortal puede matar y es la conciencia; esta gritaba en mi interior día y noche, sabía que la belleza exterior, el dinero, la fiesta, el trabajo, los amigos de juergas, todo esto pasa, llevándose cada cual un trozo de mi; y llega un momento que te paras, miras a tu alrededor y ves que no te queda nada. 

    Yo tuve la gran suerte de seguir teniendo una familia a mi lado, aunque muchas veces no lo merecía; de tener amigos de verdad y gente que me quería bien; y sobre todo pude contar con el apoyo de la Madre Iglesia, sí, esa que miramos tan mal y hemos injuriado tanto. Ella es la que me ayudó a reconstruir mi interior, a poner valores en mi vida y entender que la culpa de lo que a mí me pasaba no la tenían los demás, eran mis elecciones las que me han llevado a momentos desesperanzadores en los que todo me daba igual, vivir que morir ¿qué importaba?... Fue la Iglesia la que dio sentido a mi vida por medio de Dios y ha sido la Virgen la que ha llevado mi vocación en todo momento. Si por mí fuera seguiría malviviendo por ahí, vendiéndome a cualquier precio por un poco de cariño y matándome a trabajar por un poquito más de dinero con el que sólo compraba los lujos para el cuerpo, destruyendo el alma. Es del alma de quien nos debemos preocupar, pues ya se encargará el que vive dentro de tener la fachada arreglada. 

    Cuando tienes acontecimientos en que te hallas entre la vida y la muerte (lo que me ocurrió con mis dos accidentes de coche en poco tiempo) te planteas preguntas existenciales: ¿qué hay detrás de la muerte?... ¿En qué estoy gastando la vida?...En el único sitio donde encontré respuesta convincente a estos enigmas fue en la Iglesia, y no se trata de creerlo o no, se apoya en la evidencia de que la vida avanza, bien hacia donde yo y mi destino quiere (pues no sólo depende de mí) o bien la pongo en manos de Dios y me fío de lo que él dispone; esto a primera vista parece más loco, pero os confirmo que da más plenitud y seguridad responder a su llamada. Nunca te obliga a nada y si te dejas guiar,… ¿dónde te va a llevar tu Padre, que te quiere, te conoce, es creador y poseedor del mundo entero? Por supuesto al sitio más adecuado para ti, en el que llegues a ser más feliz. ¡Es lo que hoy por hoy, con satisfacción estoy experimentando y os comparto!"  RAQUEL VALVERDE   Septiembre de 2011

Raquel y Mara
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ThePosit: la esperanza



    En tiempos de recesión y desesperanza generalizada en España, un pequeño grupo de jóvenes emprenden una sencilla iniciativa callejera para transmitir esperanza y alegría de vivir. Son ThePosit.

Para muestra, el final de su manifiesto:

  "Contra los emisarios de las tinieblas y los augures del mal fario, contra las hordas de la decepción y los comisarios del miedo declaramos nuestra irrenunciable voluntad de mirar al mundo con alegría soberana. Nosotros lo sabemos y queremos que el mundo lo sepa: la nuestra es una productividad de otro orden, entregada a la multiplicación indefinida de la pasión, incapaz de considerar extraño al que sea capaz de revolucionar tu día con una palabra de afecto o una mirada cómplice. Esperamos encontrarnos contigo en ese ejército armado de vibraciones positivas, imaginación y deseo de compartir" (26 de Junio de 2012)

Enlace relacionado: somosThePosit.com

La presencia de Jesús nos sacia. San Agustín

Cristo en casa de Marta y María. Vermeer de Delft (1655). National Gallery of Scotland. Edimburgo

“María estaba pendiente de la dulzura de la palabra del Señor. Marta pensaba en cómo alimentar al Señor, María en cómo ser alimentada por él. Marta preparaba un convite para el Señor; María disfrutaba ya del convite del mismo Señor. ¿Cómo pensar que ante la interpelación hecha al Señor por su hermana temiese María que le dijera: «Levántate y ayuda a tu hermana», estando como estaba escuchando su dulce y  suavísima palabra, puesta toda su atención en ser alimentada por él? La retenía una extraordinaria suavidad, pues sin duda es superior la dulzura de la mente que la del vientre. Disculpada María, permaneció sentada ya segura” SAN AGUSTIN (Sermón 104, 1)

Dios nos espera en el presente inmediato



     Señor, Tú me esperas en la historia. Aquí estás Tú, en el ahora. Tú me llamas a la verdad, a la realidad. Aquí estabas esperándome siempre. A mi lado. Delante de mí. Siempre. ¿Qué quieres de mí?
- Apertura
   ¿Que quieres de mí, Señor? Entrar en la historia, entrar en Tu voluntad. Ahí estás Tú, esperándome, desmontando mis proyectos, sacándome de mis pensamientos y devolviéndome a la realidad. ¿Por qué, Señor, no te he visto antes? Siempre estabas aquí, junto a mí, esperándome. ¿Cuándo, Señor, podré desprenderme de la losa de mis pensamientos, de mis proyectos?
    Siempre estuviste a mi lado. Siempre estás a mi lado. Tu fidelidad es eterna, para todas las edades. Sácame al mundo, Señor. Devuélveme a la realidad, mi Señor. Rescátame de mi mente. Devuélveme al corazón, Señor mío. 
    Dios mío, si pudiera verdaderamente volver a la realidad. Solo Tú puedes dármelo. Señor, me esperas en todos ellos. Tú, allí, esperándome. Señor, concédeme la gracia de buscarte en mi realidad. Sé que allí me esperas.
  

Un mensaje de la Virgen: 2 de Agosto de 2012

 
 
"Queridos hijos, estoy con vosotros y no me rindo. Deseo daros a conocer a mi Hijo. Deseo a mis hijos conmigo en la vida eterna. Deseo que experimentéis la alegría de la paz y que obtengáis la salvación eterna. Oro para que superéis las debilidades humanas. Oro a Mi Hijo para que os conceda corazones puros. Queridos hijos míos, solo los corazones puros saben cómo llevar la cruz y saben cómo sacrificarse por todos los pecadores que han ofendido al Padre Celestial y que también hoy lo ofenden, porque no lo han conocido. Oro para que conozcáis la luz de la verdadera fe que viene solo de los corazones puros. De este modo, todos aquellos que están cerca de vosotros experimentarán el amor de Mi Hijo. Orad por aquellos que Mi Hijo ha elegido, para que os guíen por el camino de la salvación. Que vuestra boca esté cerrada a todo juicio sobre ellos. Os doy las gracias.”  Mensaje de la Virgen en Medjugorje el 2 de Agosto de 2012
 
 
“…no me rindo” La Santísima Virgen no se rinde, no se da por vencida. Es como si dijera, no me rindo pese a que no me escuchan; a que leen mis mensajes pero no cambian; a que algunos y no pocos, en mi Iglesia me ignoran y se cuestionan cómo puede ser que hable tanto, que venga por tanto tiempo. Estas tres palabras, “no me rindo”, encierran ya el futuro triunfo de nuestra Madre celestial.

“Deseo a mis hijos conmigo en la vida eterna… que obtengan (alcancen) la salvación eterna”  Porque nos ama como nos ama nos quiere con Ella. En tiempos en que salvación es un término que se usa sólo para esta vida y que el alma es sustituida por el cuerpo, tanto que la preocupación principal es la salud (1) y el gimnasio se ha convertido en el lugar de culto masivo; cuando no se habla de justicia de Dios y, por tanto, de infierno porque se llega a decir que está vacío y que todos se salvan, la Madre de Dios manifiesta que su preocupación es la salvación de todos y especialmente de esos hijos suyos que van hacia la condenación, y por eso viene a recordarnos que lo que cuenta es la eternidad. Su deseo, el que alcancemos la salvación por y en su Hijo Jesucristo, único Salvador de los hombres, es la razón de su venida.

“Deseo darles a conocer a mi Hijo… que experimenten la alegría de la paz” Jesucristo es quien nos salva de la muerte eterna y ya desde aquí nos da su paz que es plenitud y da alegría a nuestra vida.


“Oro para que superen las debilidades humanas. Oro a Mi Hijo, para que les conceda corazones puros… Oro para que conozcan la luz de la verdadera fe que viene sólo de los corazones puros”
Y Ella reza y reza. Ora para darnos fuerzas y así superar nuestras debilidades y miserias que nos tienen atados y nos hacen incapaces de avanzar, esas también que nos hacen caer una y otra vez. Esas debilidades y grietas de las que se vale el Enemigo para ahondándolas hundirnos y esclavizarnos. 
 

          Ella, nuestra Madre, nos fortalece y realza. Satanás busca constantemente destruirnos, llevarnos al conflicto, al odio, al resentimiento y la tristeza, y a la total oscuridad y desesperación. Es el Padre de la mentira que primero hace creer que no existe ni el pecado, ni él, ni el infierno y, Acusador, pone en las mentes que la Iglesia es la represora y oscurantista ya que no deja hacer lo que cada uno quiera, la que cercena la libertad del hombre. Que no se puede decir a la gente lo que tiene que hacer, que hay católicos adultos que no deben hacer lo que les diga el Magisterio de la Iglesia… Luego cuando consigue su objetivo de muerte y hace un deshecho humano de la persona, le dice que ya no tiene salvación, que su vida es un total fracaso y que lo mejor es acabar cuanto antes matándose.

          La Santísima Virgen nos trae la paz y la alegría, la felicidad ya en esta tierra porque nos lleva a su Hijo que cambia nuestras vidas. Para su Hijo, a quien no importa cuánto y por cuánto tiempo un alma haya caído en lo más profundo del mal, ninguna vida está perdida y, a quien lo busca sinceramente, le da la salvación, lo purifica, le devuelve la dignidad perdida y cambia su tristeza y llanto en canto de júbilo. Jesucristo purifica nuestros corazones y nos vuelve capaces de encontrarnos con Él en cada oración. De la oscuridad pasamos a la luz de la verdad de la fe, de la verdad del amor y de la vida.

          ¡Cuántas veces en estos más de treinta años la Reina de la Paz nos ha invitado a la oración y al ayuno! Son ya incontables. Y en todas, si se mira bien, el énfasis va más allá de la práctica de la oración y el ayuno, va directamente al corazón. Oración y ayuno son medios pero lo que nuestra Madre quiere, lo que Dios busca de nosotros, es el corazón. El corazón es lo más profundo e íntimo de la persona. A ese corazón nuestro, con tantas oscuridades, con tantas dobleces, con tantas cobardías y negaciones, sólo lo puede hacer puro el Señor.

          El Santo Cura de Ars recordaba que en la unión con Dios, que es la verdadera oración, el corazón puro experimenta en sí mismo como una suavidad y dulzura que lo embriaga, se siente rodeado de una luz admirable. Se produce la intimidad con Dios y por ella viene una felicidad inefable.
 
 

"solo los corazones puros saben cómo llevar la cruz y saben cómo sacrificarse por todos los pecadores que han ofendido al Padre Celestial y que también hoy lo ofenden, porque no lo han conocido”
También decía san Juan María Vianney que nuestro corazón es pequeño pero la oración lo dilata y lo hace capaz de amar a Dios. Ese amor se vuelve celo por su gloria y dolor por cada afrenta que se comete contra Él. Entonces, el amor a Dios se manifiesta en reparación e intercesión por aquellos que lo ofenden.
         
La pureza del corazón implica sacrificarse por amor, como nos los muestra el ejemplo de los pastorcitos de Fátima. El corazón puro es el corazón amante que soporta la cruz con dignidad, alegría y generosidad. Es el corazón que sabe que el dolor ofrecido tiene valor de corredención.

“De este modo, todos aquellos que les están cerca experimentarán el amor de Mi Hijo”  Sí, la Virgen ora a su Hijo para que nos conceda esa pureza, esa transparencia. Pureza es la que deja penetrar la luz de la verdad, de la fe, de la belleza, del amor y que no permite ser enturbiada ni por el engaño, ni por ningún sentimiento negativo. El corazón puro vuelve luminosa a la persona. La vuelve translúcida a la Luz, que es Jesucristo. El corazón puro es orante y adorante impregnado del perfume de Dios. Perfume que otros perciben.

“Oren por aquellos que mi Hijo ha elegido, para que les guíen por el camino de la salvación. Que vuestra boca esté cerrada a todo juicio sobre ellos” 

         
La misma exhortación de anteriores mensajes: orar por los sacerdotes, no criticarlos. No es que los sacerdotes seamos inobjetables o que tengamos patente de impunidad y por eso no hay que criticarnos. No se trata de eso. Diría que de lo contrario: en la misma persona suele el buen grano mezclarse con la cizaña y junto a encomiables acciones pastorales y a grandes desprendimientos vemos que somos objetables, hacemos cosas que no están bien. Sin ir a los grandes escándalos siempre lamentables pero que no involucran a la mayoría de los sacerdotes, hay siempre motivos y situaciones que no son las que deberían ser. Hacer acepción de personas, caer en la rutina, no ser lo espiritual que se debería y aparecer mundano, tener arranques de impaciencia, no estar siempre disponible para quien lo necesita, cerrar la iglesia al culto, descuidar de la liturgia y tantas otras cosas. Pues sí, todo esto y lo que cada uno pueda agregar. Sin embargo –y esto es válido para cualquier persona no sólo para los sacerdotes-, la crítica no hace bien a nadie, ni al que critica ni al criticado. Pero además, los sacerdotes -más que los demás mortales- llevan un tesoro en una vasija de barro. ¿Qué significa esto? Que junto a la fragilidad humana está la dignidad única del sacerdocio, que hace de un hombre otro Cristo. El sacerdote no se pertenece a sí mismo, pertenece a Otro. Desde su ordenación no es el quien vive sino Cristo que vive en él. El sacerdote es responsable del anuncio de la fe en su integridad y exigencias y quien debe ayudar a los demás a conocer y a amar a Dios. El sacerdote posee una dignidad única y actúa en la persona de Cristo realizando lo que ningún hombre podría hacer: la consagración del pan y del vino para que sean realmente la presencia del Señor, la absolución de los pecados. El Señor se hace presente por medio de su sacerdote, de esa persona que Él mismo ha elegido, como nos lo recuerda nuestra Madre Santísima. Cristo resucitado por medio de los sacerdotes enseña, santifica y gobierna. Los sacerdotes son un gran don para la Iglesia y para el mundo. Sin sacerdocio no hay Eucaristía y sin Eucaristía no hay Presencia del Señor, ni hay Iglesia. A través del ministerio sacerdotal el Señor continúa salvando a los hombres y a hacerse presente y a santificar. En medio de la oscuridad y la desorientación trae la luz de la Palabra, que es Cristo. Enseña en nombre de Cristo presente, propone la verdad que es Cristo. Como recordaba el Santo Padre, el sacerdocio es respuesta a la llamada del Señor, a su voluntad, para llegar a ser anunciadores no de una verdad personal, sino de su verdad. Por eso, los fieles tienen que estar cerca de sus sacerdotes, cerca con la oración y con el sostén, sobre todo en momentos de dificultad, para que ellos puedan ser siempre pastores según el corazón de Dios. 
          
         

Finalmente, aún cuando Dios en su juicio será necesariamente exigente para con los sacerdotes ya que “a quien mucho se dio mucho se le pedirá”, es al mismo tiempo celoso de sus elegidos (2). Por eso, a “cerrar la boca y no enjuiciar a los sacerdotes” y a abrir el corazón a la oración por ellos".

P. Justo Antonio Lofeudo

http://www.mensajerosdelareinadelapaz.org/
(1)  Salud y salvación tienen la misma raíz etimológica: salus/salutis.
(2) Sugiero releer el episodio protagonizado por Aarón y Miriam y Moisés su hermano, relatado en el capítulo 12 del libro de Números.

 

¡Bendito, Alabado y Adorado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar!