EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

Imperdonable no ver 30 años de frutos en Medjugorje. Gabriele Amorth



   "Hacer caso omiso de las apariciones en Medjugorje es imperdonable para los cristianos, dice el exorcista principal de Roma, quien mueve la cabeza en reprobación hacia quienes deciden esperar hasta que la Iglesia se haya pronunciado. Al hablar de "traición", el P. Gabriele Amorth también arremete contra obispos y sacerdotes por ser indiferentes a los frutos de Medjugorje.

El Padre Gabriele Amorth (nacido en 1925) fue ordenado sacerdote en 1954 y se convirtió en exorcista oficial en 1986. Durante cerca de 20 años ha trabajado como exorcista en jefe de la diócesis de Roma. En el año 1990 fundó la Asociación Internacional de Exorcistas, de la cual fue presidente hasta su jubilación en 2000, quedando como presidente honorario de por vida. A través de los años, el P. Amorth ha abrazado Medjugorje, y ha llamado el lugar "una gran fortaleza contra Satanás".

Al negarse conscientemente a prestar atención a las apariciones de la Virgen María en Medjugorje, un gran número de cristianos ha demostrado no ser diferentes de los paganos. Este gran número incluye tanto a obispos como sacerdotes, dijo en una entrevista a Radio María este exorcista que ha sido líder en los últimos veinte años.

El P. Gabriele Amorth hizo estas declaraciones en el contexto del mensaje de la Virgen María dado el 25 de agosto de 2011, cuando dijo:

"¡Queridos hijos! Hoy los invito a orar y ayunar por mis intenciones, porque Satanás quiere destruir mi plan. Aquí comence con esta parroquia e invité al mundo entero. Muchos han respondido, pero hay una enorme cantidad de aquellos que no quieren escuchar ni aceptar mi llamado. Por eso, ustedes que han dicho 'sí', sean fuertes y decididos. Gracias por haber respondido a mi llamada"

"¡Qué amargo, qué amargo fue el último mensaje de Nuestra Señora de Medjugorje el 25 de agosto: "Muchos han respondido, pero hay una enorme cantidad de los que no quieren escuchar ni aceptar mi llamada", comentó primeramente el P. Gabriele Amorth.

"Miren, es muy amargo este balance. ¡Después de más de treinta años" ¡Más de treinta años! Ahora bien, si son los paganos los que no escuchan las palabras de Nuestra Señora, eso puedo entenderlo. Pero si se trata de un cristiano, eso es imperdonable. ¡Sean ustedes cristianos!"

Sin embargo, de acuerdo a la experiencia del P. Amorth, la indiferencia hacia Medjugorje va aún más allá:

"Incluso sacerdotes y obispos no quieren siquiera oír sobre ello. Y no es que ellos hayan estado allá y tomaran su decisión después de haber visto todo por sí mismos, ¡no! ¡Ellos ni siquiera quieren que se hable de ello!"

"El Evangelio es tan claro, ¡nos dice cómo discernir! ¡El árbol se conoce por sus frutos! ¡Han pasado 30 años desde que Medjugorje nos ha dado frutos que en última instancia son exquisitos! La confesión, la conversión, vocaciones, gracias de todo tipo! ¡Y durante más de 30 años!", recordó el exorcista en Radio María.

"En el Antiguo Testamento Dios envía profetas para advertir de las traiciones del pueblo judío. ¡Ahora, aquí, para advertir de la traición del pueblo cristiano, también de los sacerdotes, Dios nos envía a Su Madre! ¡Han sido 30 años! ¿Es posible que la gente no escuche todavía? Y en cuanto a las personas que se creen inteligentes al decir que van a esperar a que la Iglesia lo apruebe? ¡Están locos!", dijo el P. Gabriele Amorth". JAKOB MARSCHNER 1/11/2011 Medjugorje Today


Entrevista al padre Gabriele Amorth en el año 2002, sobre Medjugorje

Nota relacionada en el blog:
El porqué de 30 años de apariciones de la Virgen en Medjugorje 

El ayuno. La dieta de la Gospa


      "El ayuno es un aspecto de la tradición judía y cristiana y de muchas otras religiones. La misma Virgen, San José, Jesús y todos los judíos piadosos del siglo I ayunaban dos días por semana. Para redescubrir las reglas de esta práctica tenemos que volver a los primeros discípulos de Jesús, que escribieron acerca de la vida y de la cultura en el siglo I. La Didaché -antiguo documento eclesiástico escrito por los primeros discípulos aproximadamente en el año 90 d.C- contenía las siguientes instrucciones para los primeros cristianos:

    "No ayunéis como los hipócritas, que ayunan el segundo día (lunes) y el quinto día (jueves), sino ayunad el cuarto día (miércoles) y el sexto día (viernes)"

    En Medjugorje, la Virgen nos devuelve a esos días de ayuno de los orígenes, pidiéndonos que ayunemos el miércoles y el viernes con pan y agua:

     "Pido a las personas, que oren conmigo estos días y que oren lo más posible. Que además ayunen de forma estricta los miércoles y los viernes; que recen cada día, cuando menos el Rosario completo: los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos" Mensaje de la Virgen en Medjugorje el 14 de agosto de 1984

    ¿No es increíble pensar que la Virgen Santa está reimplantando esta dinámica tradición que se remonta a los primeros tiempos de la Iglesia, cuando ella misma vivía? (...) La Virgen pide que cada jueves conmemoremos el don de la Eucaristía y del Sacerdocio. Una forma de honrar este recuerdo es la de ayunar con amor los miércoles y los viernes. En esos días recordaremos con alegría, fe y agradecimiento que Jesús nos dio su Cuerpo y su Sangre para alimentarnos y saciar nuestra sed.

   Como la sensible mujer judía que es, nos sumerge en el pan para que podamos estar con Jesús. Mediante el ayuno, Ella focaliza nuestra atención en la amable presencia de Jesús. Nos hace partícipes del milagro mediante el hecho de que, en un profundo gesto de humildad, Jesús se transforma a sí mismo en pan. Esto es el verdadero sentido del ayuno: su amor por la Eucaristía. 

 Cualquier cosa que Ella dice y nos transmite está centrada en Jesús. Si ayunamos de esta forma, con amor hacia el Pan de Vida, nuestro ayuno se modifica ¡y se convierte en una alegría! Por eso la Santísima Madre de Dios nos pide que ayunemos, y que ayunemos con el corazón. Así obtendremos un profundo amor hacia la Eucaristía. Y esto es una gracia increíble. 

(...)


  El ayuno crea un vacío que abre espacios en nuestras almas, en nuestros cuerpos y en nuestros corazones. Si no nos preocupamos por la comida, se crea un espacio libre en el que Dios puede residir como nunca. Nuestro corazón es lo bastante grande para acoger a Dios, pero el ayuno le permite extender lo bueno de nuestro corazón e incluir todas las dimensiones celestes. Es un nuevo y tangible territorio dentro de nosotros donde Dios puede invertir" SOR EMMANUEL MAILLARD Curación y liberación a través del ayuno. Edita Asociación Hijos de Medjugorje España

NOTA DEL AUTOR DEL BLOG: consciente y respetuosamente utilizo el término dieta en el encabezamiento de este post. No utilizo esta palabra en el sentido estético que hoy predomina, es decir, la privación de alimentos para mejorar el aspecto físico. Lo utilizo, por contra, en sus dos sentidos principales y que recoge el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia de la Lengua:

1. Régimen que se manda observar a los enfermos o convalecientes en el comer y beber (está claro que la Virgen nos dirige una práctica sanadora para esta generación que está enferma de mucho más que enfermedades somáticas) 

2. Conjunto de sustancias que regularmente se ingieren como alimento (ya se ha dicho arriba, al inicio del post, que la alimentación basada exclusivamente en el pan y el agua era habitual en la Virgen y los primeros cristianos y nos propone en Medjugorje que también nosotros la hagamos habitual en nuestra vida)

Adoración continua


  Me ha encantado esta iniciativa de infinitomasuno, la productora de la película La última cima. Supone la creación de una cadena de oración y adoración ante el Santísimo en la que una persona, de cualquier parte del mundo, se puede inscribir en esta iniciativa para reservar su media hora semanal mínima de adoración, con el fin último de adoración continua 24 horas en todo el mundo. Para los adoradores de Cristo siempre son bien recibidas estas noticias. Y yo quiero compartirla contigo, que has llegado aquí probablemente desde muy lejos. Este es el enlace a la página web donde se puede hacer la inscripción:

                                                          somos una familia que reza 

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Analgésicos o antibióticos. Relajación o adoración


La sabiduría del silencio. Maties Prades


El silencio deseado
    "Si cada monje de Poblet escribiéramos un capítulo de un libro sobre la Capilla de San Esteban, el lector sentiría la necesidad de venir-vercontemplar-sentir-gozar la belleza del Silencio y de la Palabra que se perciben dentro de esta joya del románico ubicada en el recinto de nuestra clausura. Sentiría la necesidad de escribir su propio capítulo, estoy seguro. Proporción, sobriedad, meditación reposada, silencio sonoro y elocuente, sagrario de hierro forjado y de madera, compañía fiel, búsqueda incesante, fidelidad celebrada en la intimidad, Presencia transformadora, oración comunitaria de Sexta cada día, puerta semiabierta...

    Dice un proverbio árabe: No digas nada si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio. Lo tendría difícil si tuviera pretensiones de aportar ideas nuevas. El silencio expresa realidades que las palabras empobrecen. Los enamorados gozan en el silencio que les permite escuchar la palabra de la persona estimada, sus latidos, su presencia, su ser. No sabría decir más cosas sobre el silencio de las que ya sabéis. Tampoco pretendo iluminar una realidad que cada uno vive a su manera. Solo deseo compartir unos pensamientos con vosotros, que son fruto de lecturas y reflexiones, paseos por el recinto monacal, meditaciones sobre el ciclo de las estaciones y los cambios interiores de las personas, también fruto de estos momentos mágicos de un silencio dulce y envolvente vividos en esta capilla.

   Así como el artista necesita el silencio de su taller o estudio para llevar a término su obra, los monjes reblandecemos nuestro corazón en el silencio de una capilla para que el Artista dé retoques a su obra y la deje a su gusto. Comienzo invitándoos a entrar en este magnífico lugar de recogimiento y oración, aunque sólo sea a través de la puerta de la imaginación. La lectura de este artículo podría ser nuestro encuentro silencioso con el Señor en un clima de fraternidad y unidos por la oración. Algunos hablan del "Internet de la oración". Finalmente escucharemos juntos la última homilía de San Juan María Vianney.
    Cuando hablamos tanto del silencio es porque tenemos necesidad de él. Oteamos el horizonte y anhelamos la palabra esperada. Cuando en el silencio contemplativo esperamos la Palabra transformadora, nos puede pasar como a los artistas y a los místicos que "ven" lo invisible, pudiendo captar aspectos de las profundidades de la realidad que nos permiten gozar de los misterios de la vida. Según el abad de Montserrat, Cassiá M. Just, el monje que vive en este nivel puede ayudar mucho al que se encuentra disperso, insatisfecho: La paz inalterable, el gozo, la delicadeza para saber captar la belleza de las cosas, todo eso -aún en medio del esfuerzo, de la lucha y de las decepciones que son el pan nuestro de cada día en toda vida humana- solamente puede vivirlo un hombre que ha entrado en esta atmósfera de silencio. 

Los silencios inevitables
   Nuestro tiempo está perdiendo el sentido del silencio. Hablamos por hablar, con palabras vacías e ideas superficiales que expresan nuestro desorden interior. Perdemos capacidad de introspección, de reflexión profunda. La mente está dispersa ante tantos acontecimientos inexplicables. Los medios de comunicación con su gran influencia buscan aumentar el número de lectores u oyentes, posibles votantes o clientes que a menudo no lo tienen claro ni a última hora. Vemos una huida casi instintiva hacia el exterior, hacia el ruido que nos ensordece hasta dejar de pensar. Buscamos evasiones que nos distraigan y eviten enfrentarnos con nosotros mismos y nuestra realidad. Se dice que en nuestras conversaciones el porcentaje es el siguiente: el 5% de ideas interesantes, el 20% de trivialidades, y el 75% de murmuraciones. Si con la lengua bendecimos al Señor, ¿por qué hemos de hablar mal de los demás? (cf. St 3,9).

    Cuando escuchamos, estamos más pendientes de preparar nuestra respuesta por causar buena impresión... ¡vanas pretensiones aunque estemos movidos por buenos sentimientos y propósitos loables! Pero nos hacemos prisioneros de la imagen que queremos proyectar de nosotros mismos, y nos construimos un mundo de ilusiones, y de tensiones si no podemos conquistarlas. Movidos por el espíritu competitivo nos comprometemos en proyectos que embellecen nuestro currículo, pero que hacen caer en el estrés. Necesitamos tiempos de silencio para considerar todos los estímulos del exterior y las impresiones interiores con el objetivo de actuar con prudencia y responsabilidad.

    Tememos al silencio porque lo identificamos con la soledad. Pero la soledad buscada es un bien para nuestra alma, un oasis de reflexión en el complejo mundo de las relaciones humanas. Hemos de bucear dentro de nuestra mente y nuestro corazón para no perder nuestra propia identidad: el silencio interior nos depara muchas sorpresas. El aislamiento es muy diferente: quiere decir sentirse solo, no comprendido ni amado. La persona aislada busca el mutismo por miedo, o las conversaciones aunque sean superficiales.

   Según R. Tagore, el hombre se refugia en la multitud ruidosa para ahogar la propia necesidad de reflexionar. Palabras proféticas la de este poeta, aplicadas a nuestro tiempo: la sociedad global abre ventanas para la comunicación, pero cierra las puertas a las relaciones sinceras y profundas. El mismo correo electrónico, rápido y eficaz, la mayoría de las veces carece de la belleza de una redacción elaborada y de la consistencia del pensamiento meditado, y va a parar a las profundidades del olvido.

   El silencio creador y fecundo es vital para mantener en equilibrio nuestras fuerzas interiores. Respiramos el reconfortante oxígeno del silencio. Las personas que se acercan a los monasterios, más que el diálogo, van buscando el reposo y el recogimiento, un oasis de paz en sus luchas cotidianas para poder decir: mantengo mi alma en paz y silencio como niño en el regazo de su madre (Salmo 130,2). Pero hay silencios que ahogan nuestra alma que busca palabras de orientación y de consuelo, o hieren nuestro corazón que necesita amor. Como mecanismo de defensa se busca la palabra fácil, hablar por hablar, salir de sí mismo para evitar encontrarse consigo mismo. Una persona pacificada por el silencio encuentra estímulos para solucionar los problemas. Los silencios no deseados tienen el mismo efecto que el zumbido ensordecedor junto a un avispero; muy diferente al susurro de una brisa suave que preparó a Elías para encontrarse con Dios y escuchar su Palabra (cf. 1R 19,12).

    Los huéspedes esperan una palabra sabia y luminosa. Apreciamos hoy un anhelo de interioridad y retorno al pensamiento concreto y vivencial. Actualmente, las ideologías se han difuminado y los muros se han derrumbado, las especulaciones abstractas han perdido su atractivo y se busca el sentido de lo real. Quedan los escombros esparcidos por los suelos, que hemos de analizar en el laboratorio de la reflexión si queremos construir un mundo mejor; aunque ya sabemos que el hombre tropieza dos o más veces con la misma piedra.

   ¿Qué podemos decir los monjes en medio de esta plaza global que es el mundo? ¿Seremos escuchados, nosotros que vestimos y vivimos sin aparentemente diferenciarnos demasiado de nuestros antepasados de la Edad Media? ¿Romperemos la fuerza del ruido y diremos una palabra de esperanza? Podemos decir que el buen vino se hace en el silencio, la oscuridad y el tiempo. Que una persona, y también una idea, son gestadas en el silencio y en el misterio. Que el tiempo es una apreciación subjetiva. Que, como Jesús, necesitamos del silencio y de la oración antes de los momentos importantes y de las grandes decisiones (cf. Mt 6,12; 22,39). Que el ser humano crece, como un árbol, con la savia de la reflexión, y para un cristiano con la savia de la oración. Que no debemos tener miedo a las tormentas de la primavera y a los calores del verano, porque nuestra vida está en manos de Dios y nuestras raíces beben de las aguas de Vida para dar fruto a su debido tiempo (cf. Salmo 1). 
 
El silencio transformador
 El mensaje de san Benito es actual para el hombre y el cristiano de hoy, ya que constituye una constante invitación a la plenitud del amor auténtico. Un amor purificado por el fuego del Espíritu y por las pruebas de cada día. Nadie nace monje, pero con el tiempo nos ganamos el título de aprendiz. Deberíamos releer constantemente la doctrina del arte espiritual, los capítulos 4 a 7 de la Regla (1). San Benito dedica al silencio todo el capítulo 6, los grados 9 y 11 de la humildad, y los instrumentos 51,52 y 53 de las buenas obras. 


Por su parte, el documento más actual de la Orden Cisterciense (2) coloca el silencio como parte integrante de "la vida de oración": Respetando con fidelidad los tiempos de silencio, nuestros corazones se disponen a escuchar mejor la Palabra de Dios, estando más abiertos y atentos (núm. 63). El silencio no es una huida fácil frente a los problemas que toda relación humana comporta. Tampoco es un narcisismo enfermizo, ni supone incapacidad ni complejos. Las etapas de aislamiento se superan con ayuda de Dios, por medio de la lectio divina, la meditación de las Sagradas Escrituras y los escritos de la tradición monástica. Si amamos el silencio, podemos entrar en el espacio interior escondido donde captamos la presencia de Dios y donde experimentamos la necesidad de comunión con los demás.

    Las Constituciones de la Congregación de la Corona de Aragón, a la que pertenece nuestro monasterio de Poblet, también habla del silencio cuando comenta "la vida de oración"; pero da un paso más allá al incluirlo en "la vida fraterna de comunidad" (31,5) (3) Hay buena relación si hay mucha oración. La clausura ha de ser un espacio de silencio y de recogimiento, lugar de búsqueda de Dios y de relación misericordiosa con los hermanos. El espacio más íntimo de la clausura es la propia celda, santuario íntimo. Muchas veces me digo: "entra dentro de tu habitación, y en la paz del silencio encontraras la respuesta"

    El deseo de toda persona es "querer la vida y desear días felices" (cf. RB Prólogo 15; Salmo 33,13). El mismo salmo nos da las pistas: Guarda del mal tu lengua, tus labios de decir mentira; apártate del maly obra el bien, busca la paz y anda tras ella (14-15). Cuando la literatura espiritual habla de la paz del claustro, debemos ser conocedores de la lucha interior dentro de cada monje: hablar lo necesario, evitar las conversaciones superficiales e irrespetuosas, evitar palabras aduladoras y que falsifiquen la realidad La clausura ha de ser un (cf. RB 4,51-53). La abundancia de palabras inútiles esconde, muchas veces, la imposibilidad de una comunicación auténtica. No podemos ser verdaderos monjes si no nos liberamos de la tendencia a la mediocridad, a los entusiasmos fáciles, a las influencias de la vanidad y de la ambición. Progresamos en la vida monástica y en la fe cuando vamos por el camino de los mandamientos de Dios, ensanchado el corazón, con la inefable dulzura del amor (RB Prólogo 49), y cuando estamos convencidos del valor del silencio y lo amamos.

    San Benito, experto conocedor de la psicología humana y de las etapas del camino espiritual, propone un camino lleño de discreción y equilibrio. Concede gran importancia al silencio total en ciertas ocasiones y lugares, pero resalta mucho más el uso moderado de la palabra. Creo que para él, el silencio tiene un doble valor: ascético y místico.

  Silencio ascético
 a) Encuentro consigo mismo. El silencio nos enfrenta a nosotros mismos. Dice André Maurois que el silencio, como un muro invisible, nos devuelve el eco de nuestros secretos pensamientos. El silencio nos desarma de nuestros mecanismos de defensa y nos hace vulnerables. Pero si hacemos un proceso de simplificación, encontramos la paz que ilumina los problemas y sugiere soluciones. El silencio interior ayuda a conocernos y aceptarnos tal como somos. Sin estos requisitos sería imposible nuestra vida dentro del monasterio vivida con alegría y serenidad. Si la soledad y el silencio son vividos en y con Dios, culminan en el encuentro con el hermano, con los hermanos. Cuando en el silencio sentimos la presencia de Dios en nosotros, encontramos el valor de enfrentarnos a los problemas, y el principal puede que sea el propio yo exigente y narcisista.

b) El silencio forja nuestra personalidad. Con golpes que resuenan en nuestro interior, normalmente, pero que nos preparan para las decisiones importantes y las acciones eficaces. El monje peregrina por el desierto, siempre árido porque muchas veces el Señor guarda silencio como si estuviera ausente. Pero ese silencio se convierte en fuente de gracia para quien le escucha, según san Basilio. Las manos amorosas de Dios, el Alfarero de nuestro corazón de barro, modelan nuestra rebeldía que va cediendo gracias a la oración, la lectio divina y la humildad. Sin ello caeríamos en la insensibilidad espiritual, y en un activismo compulsivo para dejar de pensar.

c) Silencio y relaciones comunitarias. Las palabras inoportunas y los silencios cobardes degradan la convivencia. Nuestros hermanos se merecen lo mejor que les podamos dar. La palabra madura en el silencio. El estudio y la meditación suponen un aislamiento, necesario para volver al encuentro de los otros con más preparación y profundidad. Las alternancias de soledad y relación evitan la fatiga en personas que están en constante relación en un lugar cerrado, además propician una reflexión sobre los propios y ajenos errores, y nos capacitan para el perdón y la misericordia. Pensemos que Jesús elevó el silencio a la categoría de virtud heroica (cf. Mt 27,14). Si los monjes, con la intensa vida de oración que llevamos, no somos capaces de mejorar nuestras relaciones, somos o unos irresponsables o nuestra espiritualidad es pura fachada.

Silencio místico
   a) Silencio y oración. La vida monástica supone una existencia psicológica, moral y espiritual unificada. El monje, perseverando en el monasterio, ha de unificar todos sus ideales, deseos, aspiraciones y proyectos en Dios. A la pregunta de quién era Dios para ella, la monja carmelita Cristina Kauffman respondió en un programa de televisión: Dios es mi amor, Dios lo es todo. ¡Bella y maravillosa es nuestra historia de amor con Dios! Él nos conduce por sus inexplicables caminos, que no son los nuestros, donde vamos perdiendo la vida para ganarla. San Benito no propone ningún método de oración, simplemente aconseja postrarse con frecuencia para orar (RB 4,56). Se muestra comprensivo al decir que la oración ha de ser breve y pura, a no ser que se prolongue gracias a una inspiración de la gracia de Dios (RB 20,4). Con una actitud de arrepentimiento y de conversión (cf. RB 4,57-58), que son las consecuencias naturales de una vida de oración, escuchamos la Palabra, acogiendo la acción de Dios en nuestra vida, y saboreamos los frutos del Espíritu: amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí (Ga 5,22-23). Si estamos bien unidos a Dio, como el sarmiento a la vid (cf. Jn 15,4), daremos estos frutos, compartiremos estos dones con nuestros hermanos de comunidad. Si no fuera así, ¿de qué nos serviría estar en un monasterio?

  b) Silencio y contemplación. La pureza del corazón es el requisito fundamental para penetrar en los umbrales de la contemplación, en donde el Señor nos dice: Entra en el gozo de tu Señor (Mt 25,21). Según el gran arquitecto Gaudí, si la "palabra" es imprescindible en el mundo presente, el "silencio" habla del mundo futuro y nos pone ya, desde ahora, en comunión profunda con Dios y con la Creación. El corazón yla mente se abren a Dios con la música del silencio. Según san Serafín, cuando llega el Espíritu, hay que concluir la oración. Ha llegado el tiempo del silencio, de la paz interior. El que me ama guardará mis mandamientos, mi Padre lo amará y los dos vendremos a él y viviremos con él (Jn 14,23). ¿Podemos desear alguna cosa más?

    María, nuestra querida Madre, nos acompaña silenciosamente durante toda la jornada monástica y está presente en nuestra Liturgia de las Horas. Ella conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2,19.51). Escribe san Bernardo, hablando a María: Dichosa ciertamente, que percibes el eco dulce de su susurro en tu reposado silencio, en el cual, sin duda, es bueno para el hombre aguardar al Señor.4.

    La imagen románica de María en la Capilla de San Esteban tiene un rostro sonriente y dulce. Seguramente nos podría estar diciendo que está agradecida por nuestra compañía, pero que ahora prefiere que vayamos a Ars a escuchar la última homilía de San Juan Maria Vianney: Subió al púlpito, pero su voz ya no se podía escuchar. Los fieles comprendieron que quería hablar del amor de Dios por la forma de mirar fijamente el sagrario con unos ojos brillantes de amor y bañados con lágrimas que ya no tenía fuerzas de enjugar. Fue su última predicación: la del Amor que se comunica sin tener necesidad de palabras..." MATIES PRADES Presbítero, monje de la abadía cisterciense de Santa María de Poblet. Fuente: Revista LITURGIA Y ESPIRITUALIDAD ( Julio-Agosto 2010)

NOTAS:

(1) En adelante, RB

(2) La vida cisterciense actual. Declaración del Capítulo General del año 2000, actualización de la primera Declaración, 1968-1969, que fue la respuesta de la Orden a las invitaciones del Concilio Vaticano II

(3) Durante mi primera semana de postulante, el Maestro de novicios me entregó una Biblia, un ejemplar de la RB y los dos volúmenes de los textos constitucionales de la Orden. 4 Sermón 3 en la Asunción, n 7

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Monje Tadej. La santidad y la sabiduria



Monje Tadej  2 3  4

Busca a Dios dentro de ti


  "Contempla ahora el cielo y la tierra; no te agraden los cuerpos hermosos de tal modo que quieras hacerte feliz con ellos. En tu alma está lo que buscas. Quieres ser feliz, busca en tu misma alma qué cosa haya mejor... Luego ya sólo resta que busques lo que es mejor que tu alma. ¿Y qué cosa habrá, si no es tu Dios? 

   No encontrarás cosa mejor para tu alma, porque, al hacerse naturaleza perfecta, se igualará a los ángeles. Y ya sobre ella no hay otra cosa, a no ser el Creador. Elévate a Él; no desesperes, no digas: Dista mucho de mí. Mucho más dista el oro que quizá pretendes conseguir. Pues, aunque anheles el oro, quizá no lo adquirirás; pero, cuando anhelas a Dios, le tendrás, porque aun antes de que le quieras, viene a ti; aún más, teniendo la voluntad apartada de Él, te llamó; y al dirigirte a Él, te amedrentó; y al confesarle atemorizado, te consoló” SAN AGUSTIN Comentario al Salmo 32, II, s.2, 16

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Jesús dentro de ti

La luz de Dios

Vicka Ivankovic

     "¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido! Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece. Caminaran las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada.

       No será para ti ya nunca más el sol luz del día, ni el resplandor de la luna te alumbrará de noche, sino que tendrás a Yahveh por luz eterna y a tu Dios por hermosura. No se pondrá jamás tu sol, ni tu luna menguará, pues Yahveh será para ti luz eterna, y se habrán acabado los días de tu luto. Yo, Yahveh, a su tiempo me apresuraré a cumplirlo" Is, 60  1-3.19s.22b

Razones en contra del aborto



RESPUESTAS A LOS ARGUMENTOS EN DEFENSA DEL ABORTO


Estar contra el aborto significa limitar un derecho de la mujer. El que está a favor del aborto sí que limita millones de derechos: los de las niñas no nacidas. A ellas no se les deja decidir. Desde que se aprobó la primera ley de despenalización en España en 1985, más de medio millón de mujeres han muerto por aborto quirúrgico o químico mientras vivian en el seno de su madre. Cada año mueren 50 mil niñas. Y otra cifra similar de niños.

La mujer tiene derecho a abortar un hijo no deseado. El mundo está lleno de millones de personas no deseadas en su concepción pero finalmente amadas por el simple hecho de ser hijos, ya que se les dio la oportunidad de nacer. El derecho de uno acaba donde empieza el derecho de otro. Además, el derecho a la vida es el origen del resto de derechos (por razones obvias: sin vida, no hay más derechos) y prevalece sobre el resto. ¿Tienes derecho a eliminar a tu jefe porque te ha provocado una depresión o te ha despedido? Que yo sepa, un embrión es mucho más inofensivo que un jefe injusto. El supuesto derecho a hacer de tu cuerpo lo que quieras acaba cuando de él depende la vida de otro. ¿Dejarías a tu madre anciana morir de inanición porque ya te has cansado de cocinar para ella? Además, la realidad demuestra que mayoritariamente las mujeres recurren al aborto no de manera libre (ejerciendo un derecho) sino presionadas y muchas veces amenazadas por su familia y su pareja.

No se puede obligar a una adolescente a tener un hijo. Animarle a tenerlo no significa que se lo quede toda la vida, sino simplemente que le permita nacer. Habla con cualquier mujer a quien hayan ayudado a tener a su hijo y que te explique que no lo quiere. Además, le ayuda a madurar. Nadie sufre problemas psicológicos por hacerse responsable de sus actos, sino que se le provoca más inmadurez e inestabilidad si los “problemas” se los eliminan otros o se huye de ellos en vez de afrontarlos. Las consecuencias de un acto se asumen. Es el signo distintivo de las personas adultas.

En algunos países el aborto está permitido legalmente por el riesgo de graves consecuencias físicas y psicológicas para la madre. ¡Incomprensible que un estado con una sanidad pública medianamente avanzada sea incapaz de garantizar la salud física y psíquica de una mujer durante su embarazo y tenga que recurrir a abortar a su hijo! ¿Ya no quedan psicólogos y ginecólogos que puedan ayudar a una mujer gestante a superar sus problemas? Hasta ahora los estudios psiquiátricos demuestran más traumas psicológicos como consecuencia del aborto provocado que como consecuencia de un embarazo y parto de un hijo no deseado.

Un feto de 13 semanas no es persona porque no tiene conocimiento ni conciencia de sí mismo. Tiene el mismo conocimiento y conciencia que los recién nacidos y no por eso los tiramos a la basura. Tampoco acabamos con los enfermos de Alzheimer, por ejemplo (al menos hasta ahora) 

No pasa nada con hacer desaparecer un feto de 13      semanas. Si tu madre hubiera pensado como tú no podrías defender este argumento.

Yo tengo derecho a  hacer con mi cuerpo lo que quiera. Tú lo has dicho, con el tuyo, no con el de otro. El derecho de una persona acaba donde empieza el de otro.

Yo tengo derecho a decidir los hijos que tengo. Y tu pareja también. Además, acuérdate de eso cuando quieras tener relaciones sexuales porque, de lo contrario, no me creo tu supuesta responsabilidad.

El aborto forma parte de una política mundial de salud reproductiva. La eliminación de un ser humano en su estado más temprano no es ni saludable ni es reproductiva, sino todo lo contrario.

El jardinero del cielo

 Un día sentí que el amor que Jesús me tiene es tan grande que yo podría comenzar a tener detalles con esta persona que me está enamorando progresivamente. Posiblemente la idea me vino de algo que yo había leído en el pasado y que ahora afloraba en mi interior, pero desconozco su origen.

  Pensé que todavía no estoy capacitado para devolverle el mismo amor que Él me regala: fidelidad a pesar de mis infidelidades con otros dioses, perdón de mis pecados, misericordia infinita... Él me conoce de sobra y sabe todas mis limitaciones. Por tanto, supuse que lo que más le agradaría serian las pequeñas renuncias que yo le pudiera dedicar. Porque esas pequeñeces serían grandes regalos para Él. Y pensé simbolizar esas renuncias como pequeñas flores espirituales que le enviaba a mi amado al cielo cada vez que las ponía en práctica. Con ellas, pensé, podré hacer un pequeño y bello jardín en el cielo dedicado exclusivamente para Él. A partir de entonces, empecé a enviar algunas pequeñas flores hacia lo alto. En cada envío, le ponía forma, color y tamaño a la flor al tiempo que la remitía a mi Amor. 

  La vivencia de este pequeño jardín es de lo más bello que espiritualmente he vivido en los últimos tiempos, porque me ha servido para acrecentar mi intimidad con Él. Pero hay algo más. Poco después de esta revelación,  me llegó otra más. Pensé que si algún día llegaba a conocer ese jardín del cielo, seria maravilloso ver cada una de esas florecillas, una junto a otra, formando un pequeño jardín reflejo del pequeño amor de un hombre a su Dios. Y entonces pensé que, si llegara allí, sería un buen oficio dedicarse a cuidar ése jardín y recoger las florecillas que otras almas prendidas del amor a Jesús enviaban desde la tierra.  Y, junto con los ángeles, ir preparando también el jardín de dichas almas enamoradas. Como yo no podría con todo este trabajo, supongo que habría más jardineros como yo. No lo sé. Pero me encantaría ser un jardinero del cielo. 

 Para rematar esta vivencia espiritual tan encantadora, he encontrado la que vivió Santa Teresita del Niño Jesús (probablemente la que mi memoria me inspiró, no lo sé bien) Le cedo a ella la palabra:

  "¿Pero cómo podrá demostrar él su amor, si el amor se demuestra con obras? Pues bien, el niñito arrojará flores, aromará con sus perfumes el trono real, cantará con su voz argentina el cántico del Amor...
     Sí, amado mío, así es como se consumirá mi vida... Yo no tengo otra forma de demostrarte mi amor que arrojando flores, es decir, no dejando escapar ningún pequeño sacrificio, ni una sola mirada, ni una sola palabra, aprovechando hasta las más pequeñas cosas y haciéndolas por amor...

     Quiero sufrir por amor, y hasta gozar por amor. Así arrojaré flores delante de tu trono. No encontraré ni una sola que no deshoje para tí... Y además, al arrojar mis flores, cantaré (¿puede alguien llorar mientras realiza una acción tan alegre?), cantaré aun cuando tenga que coger mis flores entre espinas, y tanto más melodioso será mi canto, cuanto más largas y punzantes sean las espinas.

     ¿Y de qué te servirán, Jesús, mis flores y mis cantos...? Sí, lo sé muy bien: esa lluvia perfumada, esos pétalos frágiles y sin ningún valor, esos cánticos de amor del más pequeño de los corazones te fascinarán.

       Sí, esas naderías te gustarán y harán sonreír a la Iglesia triunfante, que recogerá mis flores deshojadas por amor y, pasándolas por tus divinas manos, oh Jesús, esa Iglesia del cielo, queriendo jugar con su hijito, arrojará también ella esas flores -que habrán adquirido a tu toque divino un valor infinito- arrojará esas flores sobre la Iglesia sufriente para apagar sus llamas, y las arrojará también sobre la Iglesia militante para hacerla alcanzar la victoria..." SANTA TERESA DE LISIEUX Historia de un alma. Manuscrito B. Editorial Monte Carmelo (2003)
  
Procesión del Corpus Christi en Valencia (Junio 2010)

También he encontrado la experiencia de otra santa en el mismo sentido. Se trata de Santa Faustina Kowalska. Lo describe en su Diario. La Divina Misericordia en mi alma:

   "Un día en el noviciado, cuando la Madre Mestra me había destinado a la cocina de las niñas, me afligí mucho por no estar en condiciones de cargarcon las ollas, que eran enormes. Lo más difícil para mí era escurrir las patatas, a veces caía la mitad de ellas. Cuando lo dije a la Madre Maestra me contestó que poco a poco me acostumbraría y adquiriría práctica. No obstante, esta dificultad no desaparecía ya que mis fuerzas iban disminuyendo cada día y debido a la falta de fuerzas me apartaba cuando venía el momento de escurrir las patatas. Las hermanas se dieron cuenta de que evitaba ese trabajo y se extrañaban muchisimo; no sabían que no podía ayudarles a pesar de empeñarme con todo fervor y sin ningún cuidado para mí misma. Al mediodía, durante el examen de conciencia me quejé al Señor por la falta de fuerzas. De repente oí en el alma estas palabras: A partir de hoy te resultará muy fácil. Aumentaré tus fuerzas. Por la noche, cuando vino el momento de escurrir las patatas corrí la primera, confiada en las palabras del Señor. Cogí la olla con facilidad y las escurrí bastante bien. Pero cuando quité la tapadera para hacer salir el vapor, en vez de patatas vi en la olla ramilletes de rosas rojas, tan bellas que es difícil describirlas. Jamás había visto semejantes. Me quedé sorprendida sin entender su significado, pero en aquel momento oí una voz en mi alma: Tu pesado trabajo lo transformo en ramilletes de las flores más bellas y su perfume sube hasta Mi trono. Desde ese momento traté de escurrir las patatas no solamente durante la semana asignada a mí en la cocina, sino que trataba de sustituir en este trabajo a otras hermanas durante su turno. Pero no solamente en este trabajo, sino en cada trabajo pesado trataba de ser la primera en ayudar, porque había experimentado cuánto eso agrada a Dios" SANTA MARÍA FAUSTINA KOWALSKA. Diario. La Divina Misericordia en mi alma. Primer Cuaderno. Párrafo 65. Ediciones Levántate (2003)