EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

De espaldas a Dios sólo se ven sombras

La gran sombra (1805) H.W.TISCHBEIN
Dios es la Luz. Por tanto, darle la espalda supone vivir cara a las sombras y la oscuridad que proyecta uno mismo.

Jesús lo dijo: "Yo soy la Luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8,12)

De esta manera, Dios no condena a nadie a la oscuridad y las sombras sino que éstas son el resultado de una posición del hombre. El problema se hace mayor cuando éste confunde la realidad y empieza a ver sus sombras como lo real,  algo existente por si mismo y natural. Es decir, se acostumbra al fracaso y el sufrimiento porque es lo único que tiene delante y ve. Por tanto, como  continúa dando la espalda a Dios, la luz no puede iluminar  su vida, su rostro, su alma.

  La generación posmoderna que vivimos está plagada de sombras cotidianas. Sombras tan definidas e intensas como las personas que las proyectan. De manera que el hombre de hoy no ve sólo su sombra en movimiento y le da vida, sino que en el colmo de la distorsión existencial, ve las sombras de los otros. Así, el mundo de estos seres acaba siendo un mundo aparentemente  real de sombras vivientes que influencian el estado de ánimo de los propios seres que les proyectan. He encontrado en Internet un montaje fotográfico perfecto para ilustrar esta idea:


 La fotografia muestra los perfiles bien claros de las sombras, de manera que son prácticamente "reales". Tan sólo es un giro de 180 grados de la propia fotografia.

  Por tanto: ¿quien provoca el sufrimiento del hombre? ¿Un Dios castigador de las personas que le dan la espalda? ¿Cuántas veces las personas maldicen a Dios por las desgracias?  ¿Y cuántas lo bendicen por las cosas buenas? Creo que el saldo es muy desfavorable a Dios. Resulta paradójico que Dios no exista pero mucha gente le atribuya todos los males.  Y   la persona no sabe que su sufrimiento no viene de los acontecimientos negativos, sino de no aceptar su vida. 

Muchas veces la persona opta por dar la espalda a Dios porque cree que Él sólo le quiere quitar la libertad. Pero nada más lejos de la realidad. El hombre sólo puede ser libre cuando tiene luz, porque así puede conocer con perfección todo lo que le rodea y, por tanto, evitar caídas y desorientaciones. Caminar de espaldas a la luz es condenarse uno mismo a tropezar muchas veces confundido con la propia sombra, no poder conocer todas las realidades que le rodean tal como son, sino más oscuras y distorsionadas por la oscuridad. He encontrado dos citas muy interesantes que lo explican:
   
"Si bajo un cielo radiante de verano una sala se encuentra llena de luz, se lo debe a los rayos del sol que en ella penetran. Si permanece en la oscuridad, habrá que acusar a las manos que no han descorrido las cortinas y abierto las ventanas" GEORGES HUBER Mi ángel marchará delante de ti. Cuadernos Palabra (2005) 

 "Tener miedo o mostrar desdén, mostrarse sumiso o pretender controlar, ser opresor o ser víctima: éstas son las posibilidades que le quedan a uno cuando está fuera de la luz. No puede confesar sus pecados, no puede recibir el perdón, el amor mutuo no puede existir. La verdadera comunión se ha hecho imposible. 

   Conozco el dolor de esta difícil situación. Todo pierde su espontaneidad. Todo se convierte en sospechoso, consciente, calculado y lleno de segundas intenciones. Ya no hay autenticidad. El más minimo movimiento reclama un contramovimiento; el más minimo comentario debe ser analizado, el gesto más insignificante debe ser evaluado. Esta es la patología de la oscuridad. 
    ¿Queda alguna salida? No lo creo, al menos por mi parte. A menudo parece que, cuanto más intento deshacerme de las sombras, más oscuro se hace. Necesito luz, pero una luz que conquiste mi oscuridad. Pero no puedo encontrarla por mí mismo. Yo no puedo perdonarme a mí mismo. No puedo obligarme a sentir amor. Por mí mismo puedo sólo sentir cólera. No puedo llevarme a casa ni puedo crear comunión por mí mismo. Puedo desearlo, esperarlo, rezarlo. Pero no puedo fabricar mi verdadera libertad. Alguien me la tiene que dar. Estoy perdido. Debo ser encontrado y conducido a casa por el pastor que sale en mi busca" HENRI J.M NOUWEN El regreso del hijo pródigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt  PPC Editoral. Coleccion Sauce


   Volverse a Dios es iluminarse, ver todo con nitidez. Y como el Espíritu Santo es un fuego que sana y cura, el hombre vuelve a sentir el calor de su Padre que le acoje. Ahora los perfiles estan claros. Nuestra vida también.  A la Luz de Dios entendemos porqué sufrimos y Jesucristo, como Luz de Vida, elimina todas nuestras sombras: rencores, temores, codicias, envidias, angustias y ansiedades (aparte de muchos pecados más. Cada uno conoce los suyos)

 Jesús como la Luz de la Vida ha sido muy bien reflejado en la historia del arte. Hay muchísimos ejemplos. Pero he encontrado dos que lo reflejan muy bien. A Jesús niño y adulto. Porque todo el que se vuelve a Él queda iluminado y curado. 
Enlaces relacionados con el tema:

El delirio nihilista del hombre moderno

Exposición La sombra, Museo Thyssen-Bornemisza

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