EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

No apartes la mirada del cielo

El árbol de la vida. Terrence Malick
Tenia pendiente hacer este post hace tiempo. La idea me surgió durante una eucaristia en la explanada de Medjugorje, en el 23 Mladifest, en agosto de 2012. Mientras se recitaba uno de los salmos, sentado sobre una silla plegable, sentí la necesidad de alzar la mirada hacia el tejado de la Iglesia de Santiago Apóstol. La visión desde allí es muy bella, especialmente si se observan las dos torres-campanario del templo. Y a veces, por la tarde, una pareja de palomas se posa sobre la cima de la carpa del altar exterior del templo, como si observaran a la multitud congregada abajo.  

  Pensé: la verdad es que es bella la vista de este altar, en esta celebración tan especial. Pero al ser una vista desde abajo, el cielo cobró una dimensión especial, impresionante para mí. La sensación que me transmitía era la siguiente: el altar es bello, la liturgia es bella, pero este cielo me sobrepasa, me inunda su infinitud, incluso más que la propia liturgia. Y esta sensación se convirtió en una especie de oración a la inversa, en la que Dios me revelaba Su poder y Su amor infinitos. Pensé entonces: qué distintas serian todas las cosas todos los días si viviera con la atención y la mirada puesta en el cielo. No sólo en la literalidad de esta idea, sino en oración continua. Y es que la persona, cuando mira al cielo, visita de alguna manera a Dios, habla con Él, encuentra su verdadero sitio en este mundo, accede a su verdadera realidad, la más real, la que más le centra en su existencia terrena, porque le abre a su dimensión espiritual, la otra dimensión que tenia abandonada y que es su verdadera esencia. 

 Pasado un tiempo, leyendo un libro de sor Emmanuel Maillard, evoqué estas sensaciones. El libro está dedicado a Marián de Belén, la pequeña árabe, una jóven humilde de Galilea que vivió en la segunda mitad del siglo XIX, se consagró como religiosa carmelita y vivió una vida de santidad. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1983. Pues bien, en el libro sobre la vida de esta humilde mujer hay un pasaje que relata la inspiración que Mariam recibió del mismo Jesucristo para indicarle cómo debia contruirse el convento del Carmelo de Belén. Me llamó especialmente la atención el diseño de la capilla. Así lo relata sor Emmanuel, después de haberla visto in situ:

"La capilla de las hermanas me impactó también bastante. Por ejemplo, la parte baja de las ventanas está por encima de las cabezas cuando uno está de pie. Ahí también vemos claramente el mensaje de Jesús: ¡una carmelita en su oración, solo tiene que considerar el cielo! No se distinguen ni los árboles ni las casas, ni siquiera las colinas de alrededor, solo se ve el cielo. Una carmelita en su oración solo se tiene que ocupar de las cosas del cielo, y tiene, a través de su vida y su oración, que guiar al mundo entero hacia el cielo. ¡Ahí está! Todo el Carmelo está concebido así, y encontramos en él una rica fuente de enseñanzas."

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