EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

Adoro los viernes

  Adoro los viernes. Es el día de la semana más esperado: es el día en el que participo en la Adoración al Santísimo.

   Es la esperanza al final de la semana laboral, el día en el que la fuerzas flaquean después de las tribulaciones y tensiones acumuladas durante la semana. Es el día en el que puedo reposar en los brazos del Señor, frente a Él, depositando en Sus manos mis tensiones, mis temores, mi cansancio, mis pecados. Y mis esperanzas.

Y no lo hago sólo: lo hago en grupo, como tantas cosas celebramos en la Iglesia. Adoro en el Grupo de Oración Reina de la Paz, de Medjugorje, en la parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia. Allí he encontrado las noches de los viernes el remanso de paz donde repongo fuerzas de cara al fin de semana. Previamente a la Adoración, rezamos juntos el Rosario, uno de los grandes regalos que me ha dado la Virgen en su escuela de Medjugorje.

Así, con el Rosario y la Adoración, el Señor disipa mis tensiones, serena mi alma y la prepara para el gran banquete eucarístico en el que me espera el sábado por la noche junto con mis hermanos de Comunidad.

     En resumen: adoro los viernes por muchas razones. Éstas son algunas de ellas:

Adoro los viernes porque el Señor me llama. Quiere estar conmigo.

Adoro los viernes porque Jesús vivo y resucitado se encontró conmigo personalmente cuando peregriné a Medjugorje para el 21 Festival de Jóvenes (Mladifest). Fue durante la Adoración Eucarística en la noche del 2 de Agosto de 2010. Y desde entonces vivo del amor eucarístico muchos días, en especial los viernes.

Adoro los viernes porque ese día experimento especialmente que sólo en Cristo encuentro el descanso que necesita mi alma. Y en él encuentro el perdón por mis infidelidades a Él.

Adoro los viernes porque Él me mira y yo le miro. Él me habla y yo le hablo. Él me escucha y yo le escucho, muchas veces en el silencio. Es allí, en lo profundo de este silencio, donde Él es mas elocuente.

Adoro los viernes porque adoro a Jesús en compañía de mi mujer y ella y yo nos hacemos uno en Cristo. Él nos ama y nosotros le amamos.

Adoro los viernes porque a veces mi hijo pequeño se viene con nosotros a la Adoración. Y lo hace porque la Iglesia le regaló desde los 5 años participar en el Oratorio del padre Gonzalo y desde entonces reconoce con naturalidad las presencias de Jesús, especialmente en la Eucaristía. En él veo a Jesús con toda su ternura, a mi lado, en el banco del templo.

Adoro los viernes porque vivo el amor eucarístico en un grupo de oración, en comunión con la Iglesia, como todo lo que celebra la Iglesia.

Adoro los viernes porque ya está cerca la comunión y el banquete eucarístico del sábado. Además, después de la Adoración, el sacerdote nos da la eucaristia.

Adoro los viernes porque Jesús me recuerda ése día que el resto de la semana también me espera en la soledad de una capilla, en el sagrario.

Adoro los viernes porque ése día Él quiere adorarme. Como a un hijo único.

Adoro los viernes por agradecimiento al amor de Dios.

Y por éstas y otras muchas razones, adoro los viernes.


Nota relacionada en el blog: Adoración Eucarística

Enlace relacionado:  reinadelapaz.valencia@gmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Javier, te agradezco que sepas expresar con estas palabras el sentir
y la experiencia de los viernes en
el grupo de oración. Yo también
ADORO EL VIERNES.