"La estigmatización es un acabamiento de la Unión a Dios, que llega hasta la conformidad perfecta, porque Jesús conforma poco a poco con Él, imprimiendo incluso físicamente sus marcas divinas. Une poco a poco a sus padecimientos de alma, de corazón y de cuerpo, igual que une a sus intenciones. Esta unión se hace tan íntima que Jesús arrastra con Él en las diversas etapas de Su vida humano-divina entregada a la Voluntad del Padre. Antes de hacer visible y exterior esa unión, antes de imprimirla en el ser físico de una manera externa, ya la ha hecho vivir de algún modo de manera invisible: el alma se encuentra ya en esa intimidad de amor y de sufrimiento con Él, igual que ya está en su intimidad divina en lo que se refiere a los designios de su Corazón sobre las almas. Totaliza en cierto modo esa unión que nos hace ser Él en todo el ser. Antes de llegar a la estigmatización, exterior, Jesús hace pasar por numerosas agonías del corazón y del alma. El alma no sabe expresar lo que siente, tan sobrenatural y divino y sentido es al mismo tiempo: lo siente el ser entero. Es más que un sentir: el ser entero está en esa prueba" Palabras de Marthe Robin, referidas por su director espiritual, el padre Finet, en l'Alouette, número especial "Marta Robin", agosto-septiembre de 1918
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