El divorcio rompe literalmente a todos los miembros de la familia. No sólo se quiebra la unidad entre ellos, sino que los rompe por dentro. Ésto, al menos, es lo que recoge el informe de 2009 de la organización internacional The Familiy Watch.
Éste es un extracto del informe:
"Las conclusiones de los estudios recogidos en esas recopilaciones señalan que los cónyuges
que dan origen a una familia estable tienen mayor esperanza de vida y menores índices de
enfermedades mentales, alcoholismo y violencia doméstica. Las estadísticas de mortalidad son superiores en el caso de los solteros y divorciados, respecto a los casados, a partir de los 25 años
y, sobre todo, a partir de los 40 (Office for National Statistic s,
‘Mortality Statist ics: Review of the Registrar General on Deaths inEngland and Wales, 2005’. London, 2007)
El número de suicidios entre personas divorciadas es casi el doble que el de los que forman matrimonios estables (Johnson, G.R. y otros, ‘Suicide Among A dolescents and Young Adults: A Cross-National Comparison of 34 Countries’, Suicide and Life-Threatening Behavior 30[1], 2000, pp. 74-82; Lester, D., ‘Domestic Integration and Suicide in 21 Nations, 1950-1985’, International Journal of Comparative Sociology XXXV (1-2), 1994, pp. 131- 137; Kessler, R.C. y otros, ‘Prevalence of and Risk Factors for Lifetime S uicide Attempts in the National Comorbidity Survey’, Archives of General Psychiatry56, 1999, pp. 617- 626)
En un estudio británico realizado con mujeres de 33 años, las divorciadas o madres solteras sufrían o habían sufrido un 240% más de enfermedades mentales que las casadas. (Hope, Power y Rodger s,
‘Does Financial Hardship Account for Elevated Psychological Distress in Lone Mothers?’, 1999). Otra investigación concluye que, aunque las parejas que conviven sin estar casadas son sólo el 40% de la población, ocupan el 90% de residencias de ancianos, centros de salud mental y otras instituciones de acogida social (Prior, P.M. y Hayes, B.C.,
‘The Relationship Between Mar ital Status and Health: An Empirical Invest igation of Differences in Bed Occupancy Within Health and Social Care Fac ilit ies in Britain, 1921-1991’, Journal of Family Issues 24[1], 2003, pp. 124-148).
En Estados Unidos, las madres solteras o divorciadas han sido víctimas de abusos casi cuatro veces más que las casadas (Bachman, R.,
‘Violence Against Women’, A National Crime Vic timization Survey Report NCK-45325, Washington D.C.: U.S. Department of Justice, Office of Just ice Programs, Bureau of Just ice Statist ics, January, 1994: See Table 2 and 3). Además, las madres solteras tienen 8 veces más de probabilidades de sufrir abusos sexuales y 4 veces más de ser violadas, mientras que las divorciadas 5 veces más de suf rir abusos y 6 de ser violadas (Myhill, A. and Allen, J.,
Rape and Sexual Assault of Women: The Extent and Nature of the Problem, Findings from the Brit ish Crime Survey, London: Home Office, 2002)
Hay una dependencia inequívoca entre la ruptura de la relación de pareja y un empeoramiento
de la salud en los adultos. Las estadísticas de mortalidad en Inglaterra y Gales (en 2007)
muestran unos índices elevados para los no casados (solteros, viudos y divorciados), tanto
hombres como mujeres, en comparación con los casados, en todos los grupos de edad desde
los 25 hasta los 64. A partir de los 40, los solteros (que no se han casado nunca) son los que
muestran las mayores tasas de mortalidad, aunque no se puede confirmar para ello una causa
determinada.
When couples part: Understanding the consequences for adults and children (One Plus One Marriage and Partnership Research, 2009)
Respecto a los hijos de familias estables, esos estudios muestran los siguientes beneficios:
• Menores índices de mortalidad infantil.
En comparación con los hijos de matrimonios estables, el riesgo de mortalidad infantil aumenta un 25-30% en el caso de padres que conviven pero no están casados y un 45- 68% en el de familias monoparentales (ver ANEXO 13: Schuman, J., ‘Childhood, Infant and Per inatal Mortality, 1996; Soc ial and Biological Fac tors in Deaths of Chi ldren Aged Under 3’)
• Menores índices de alcoholismo y drogadicción.
Cuando los padres mantienen su matrimonio, el consumo de alcohol y drogas es significativamente más pequeño en los hijos menores de edad (Suther land, I. and S hepherd, J.P.,
‘Social Dimensions of Adolescent Substance Use’, Addiction 96[3], 2001, pp. 445-458; Turner, R.A. et al.,
‘Family Structure, Family Processes, and Experimenting with Substances During Adolescence’, Journal of Research on Adolescence 1, 1991, pp. 93- 106; Flewelling, R.L. and Bauman, K.E.,
‘Family Structure as a Predictor of Initial Substance Use and Sexual Intercourse in Ear ly Adolescence’, Journal of Marriage and the Family 52, 1990, pp. 171-181; Hoffman, J.P.,
‘Exploring the Direct and Indirect Family Effects on Adolescent Drug Use’, Journal of Drug Issues 23[3], 1993, p. 535).
• Menores índices de delincuencia a partir de la pubertad.
En Estados Unidos, el número de per sonas condenadas a una pena de cárcel por sentenc ia penal a los 30 años es más del doble en hijos de fami lias monoparentales que en hijos de familias estables y más del triple en hijos de padres divorciados (Harper, C. y McLanahan, S., ‘Father Absence and Youth Incarceration’, San Francisco, 1998).
• Mejores resultados académicos.
En el Reino Unido, el número hombres y mujeres de 33 años que son licenciados universitarios es un 36% mayor si son hijos de padres casados (Kiernan, K., ‘
The Legacy of Parental Divorce: Social, Economic and Family Exper iences in A dulthood’, Londres: CASE paper 1, 1997.)
• Menor incidencia de enfermedades mentales.
Los hijos de familias monoparentales tienen una probabilidad del 15% de padecer una enfermedad mental y los de divorciados un 11%, frente al 7% de la media total (ver ANEXO 9: Meltzer, H. y otros,
‘Mental Health of Children and Adolescent s in Great Britain’, London: The Stationery Office, 2000.’)
• Menos relaciones sexuales precoces y, por tanto, menos embarazos adolescentes y no deseados.
El número de embarazos adolescentes es aproximadamente el doble en las adolescentes cuyos padres no están casados que en las que sí lo están (Cherlin, A.J. y otros, ‘
Parental Divorce in Childhood and Demographic Outcomes in Young Adulthood’, Demography 32, 1995, pp. 299-318)"
Otro informe, como el que refleja la Agencia Fides, es un buen reflejo de la situación del divorcio en Europa y de España, a la cabeza:
En la Unión Europea de los Veintisiete (UE-27), se rompe un matrimonio cada 30 segundos y se supera el millón de divorcios. Las rupturas matrimoniales han aumentado en 369.365, desde 1980 al 2005, con un incremento del 55%.
España, con un crecimiento del 183%, es el país en el cual se ha registrado un mayor aumento de las rupturas matrimoniales desde el 1995 al 2005, seguida por Portugal (89%) y por Italia (62%). Los niños afectados por los divorcios son 21 millones. España, en los años 1990-2001, ha registrado el mayor crecimiento del número de divorcios: 326%. El porcentaje ha sido del 226% en los años 2001-2006. Informe Fides
INFORME 2009. THE FAMILY WATCH
INFORME FIDES
FAMILIAS MONOPARENTALES EN ESPAÑA (2003)
FAMILIAS MONOPARENTALES DE PADRE (2008)
Los daños colaterales del divorcio
Los hijos de divorciados tienen más riesgo de ideas suicidas
8 costos sociales del divorcio
La cohabitación, más peligrosa que el divorcio
Y atención al fenómeno de las denuncias falsas, porque es una muestra de las consecuencias dramáticas de la judicialización de las relaciones familiares. Como ejemplo, esta información de Europa Press:
SEVILLA, 1 (EUROPA PRESS)
El juez de Familia número 7 de Sevilla, Francisco Serrano, criticó hoy que las denuncias falsas por maltrato hacia la mujer están provocando un "genocidio" entre los hombres, ya que, según apuntó, las consecuencias de esas denuncias --como por ejemplo la retirada de la custodia de los hijos-- está llevando a que "muchos" hombres se estén "suicidando".
En una entrevista concedida a Europa Press, el juez Serrano lamentó el "ataque visceral al hombre por el hecho de ser hombre", asegurando que "se está produciendo un auténtico genocidio", por lo que instó a investigar "cuántos hombres que han sido denunciados por sus parejas y que han pasado por una detención se han suicidado o lo han intentado, siendo luego los asuntos archivados o sobreseídos".
Al hilo de ello, puso de manifiesto que, "si tuviéramos ese dato, esto sería un auténtico escándalo a nivel nacional", pues en Sevilla, en los tres últimos meses, "me he enterado de tres casos de suicidio" por este motivo, por lo que "si esto lo trasladamos a nivel nacional de manera anual, los suicidios ascenderían a más de 600".
En este sentido, indicó que en el año 2006 "hubo 3.200 suicidios en España, de los que 2.400 correspondieron a hombres". "*Cuántos de ellos se correspondieron con suicidios provocados porque el varón ha sido tratado desde las instituciones de manera injusta por este tema?", se preguntó el juez, quien aseguró que "este dato no lo conocemos porque quien lo tiene que dar lo oculta de forma deliberada".
LEY DE PROTECCION A LA PERSONA VULNERABLE
Así, se cuestionó si todo lo anterior "es un daño colateral asumible" y apostó por cambiar "criterios y leyes" y por desarrollar "auténticas" políticas de igualdad en materia de familia, abogando de esta manera por la ejecución de una ley integral de protección en el ámbito doméstico en la que se proteja "a la persona vulnerable".
En esta línea, el juez Serrano señaló que las denuncias falsas "existen porque hay interés en ello, ya que los recursos asistenciales para la defensa del maltrato se están financiando a través del número de denuncias", y también por "el interés de la señora que, en un momento dado, puede obtener una pensión no contributiva" a través de la misma.
El juez criticó que, desde el feminismo "radical", se dice que el hombre y la mujer "no son iguales" en el seno de una relación de pareja, lo que constituye, a su juicio, "una filosofía auténticamente falsa", ejemplificando que, a nivel internacional, se han hecho en los últimos tres años 230 estudios "que demuestran que la violencia en el ámbito de la pareja es bidireccional, y en todos los países, salvo en España, lo que se protege y regula es la violencia en el ámbito doméstico, y no la violencia sobre la mujer".
"QUE NO ME PONGAN A LAS MALTRATADAS DE PANTALLA"
"Que no me pongan a las mujeres maltratadas de pantalla", según continuó el juez Serrano, quien señaló que las denuncias falsas "perjudican, de momento, a la propia mujer maltratada y agredida, porque ésta es la que tiene miedo y sufre la auténtica discriminación y desigualdad".
A su juicio, "se está creando una nueva era de la discriminación y de la desigualdad, y nos hemos inventado un neolenguaje donde a un ministerio de la mujer resentida y oportunista se le llama ministerio de igualdad", y aseveró que todo ello "está llevando a una situación de auténtica perversión, injusticia y hasta de genocidio, que se está ocultando".
Tras asegurar que tiene una carpeta "llena" de cartas remitidas por hombres "que sufren maltrato institucional", se refirió a las denuncias por injurias y amenazas leves formuladas por el propio juez contra la presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Inmaculada Montalbán, quien realizó unas declaraciones "coactivas" en el sentido de que "a mí no me puede advertir de una posible responsabilidad disciplinaria para que me calle".
"MIEDO" DE LOS JUECES A OPINAR
"Con razón o sin ella, tengo el derecho de opinión y de expresión a defender lo que considero socialmente correcto, porque yo no estoy en lo políticamente correcto", prosiguió el juez Serrano, quien aseveró que "mi objetivo es hacer bien mi trabajo, ser independiente y luchar por la verdadera Justicia y la auténtica igualdad". "Como mínimo, tengo derecho a expresar lo que opinamos la inmensa mayoría de profesionales", apuntó.
A su juicio, "muchos de estos profesionales tienen miedo a decir lo que piensan, por el hecho de que les puedan imponer una medida represora", ya que "ser políticamente incorrecto e ir a contracorriente hoy en día en España es peligroso". "Hemos vuelto a la Inquisición", concluyó.