"El hombre sólo llega a sí mismo cuando sale de sí mismo. Sólo accede a sí mismo a través de los demás y estando con los demás. Esto vale también en un último sentido. Si el otro es simplemente alguien, puede ser también su propia perdición. El hombre está orientado al otro, al verdaderamente otro, a Dios, y cuanto más está en el totalmente otro, es decir, en Dios, tanto más está en sí mismo. Por tanto, el hombre es plenamente él mismo cuando deja de ser él mismo, cuando no se encierra en sí mismo y deja de afirmarse, cuando es pura apertura a Dios. Cristo es el que se trasciende por completo a sí mismo y por eso es el que verdaderamente llega a sí mismo (...) Lo que constituye al hombre es la apertura al todo, al infinito. El hombre se hace cuando se trasciende infinitamente. Es pues más hombre cuando menos encerrado está en sí mismo, cuando está menos "limitado". Repitámoslo una vez más: el hombre, el hombre verdadero es el que más se des-encierra, el que no sólo toca el infinito-¡el infinito!-, sino el que es uno con él, con Jesucristo. En él la encarnación alcanza verdaderamente su meta (...)
El Dios de la fe se caracteriza fundamentalmente por la categoría de relación. Es amplitud creadora que todo lo transforma. Surge así una nueva imagen y una nueva ordenación del mundo en la que la suprema posibilidad del ser no es la de poder vivir aislado, la de necesitarse sólo a sí mismo y la de subsistir en sí mismo. La suprema forma de ser lleva pareja la relación. No es necesario insistir, por supuesto, en la revolución que para la existencia humana supone que lo supremo no se presente ya como autarquía absoluta y cerrada en sí misma, sino como relación, como poder que crea, sostiene y ama todas las cosas" JOSEPH RATZINGER Introducción al cristianismo (1968) Ediciones Sígueme (2005)
1 comentario:
Reciban muchisimas bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
Desde El Salvador Centroamerica
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