EL CIELO NOS HABLA EN MEDJUGORJE
"Yo he venido a llamar al mundo a la conversión por última vez" ( 2/05/1982)
"Queridos hijos: orad conmigo para que todos vosotros tengáis una vida nueva. En vuestros corazones, hijos míos, sabéis lo que hay que cambiar: regresad a Dios y a sus mandamientos para que el Espíritu Santo pueda cambiar vuestras vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu" Mensaje del 25 de mayo de 2020.

Dios elige a unos pocos para salvar a todos

  Nuestra vida es como una parcela rodeada de otros tantos terrenos/personas. No somos propietarios de ella. Nos la ha dado Dios en usufructo, para trabajarla y sacar de ella los mejores frutos. Pero Él, el Señor de las tierras/vidas, también ha elegido unas cuantas parcelas que quiere trabajar personalmente. Y para ello ha enviado a su Hijo, Jesucristo, para trabajarlas cada día. Pero ¿por qué unas y no otras? Ese es el misterio de la Elección, que no tiene respuesta aquí en nuestra vida terrena. Jesús llega todos los días a esos campos, llama a la puerta y espera a que le abran. Cuando pasa, Él trabaja las parcelas. Cultiva, poda y limpia las plantas y riega los jardines. Así todos los días. De manera que, con el tiempo, las parcelas en las que Él entra habitualmente acaban siendo campos y jardines frondosos que destacan en medio de las demás parcelas (ver foto de arriba) 

  Visto sólo así, a primera vista, podria entenderse que la Elección de Dios sobre unos pocos es una discriminación por cuanto hay muchos que se quedan "apartados" de Su favor y "condenados". En mi vida me he encontrado muchos ¿cristianos? que se quejan de este supuesto favoritismo (sin saber que ellos mismos también han sido elegidos) Pero la realidad de la Elección no es tal discriminación, sino más bien todo lo contrario. Dios quiere salvar a todos y en ese proceso sigue una "pedagogía" peculiar. Ante todo, la Elección no la impone, ya que el hombre siempre es libre para aceptarla. Cuando cada mañana Jesús llama a la puerta de la parcela puede encontrarse con que muchos de los elegidos le den con la puerta en las narices. 

  En segundo lugar, la Elección pretende salvar a todos. Cuando Dios envia a su Hijo a un campo lo hace para que los vecinos que viven en los alrededores puedan observar la belleza de su trabajo en él, admiren la frondosidad y armonia de sus cultivos. En definitiva, que los vecinos puedan comprobar que el Reino de Dios ha llegado ya. Que puedan creer en Dios, viendo sus frutos en otros.

Pero ¿con qué fin? Para que se salven todos. Los elegidos y sus vecinos. Para que el día que llegue el juicio particular, después de la muerte, los vecinos puedan aceptar el amor del Padre y pasar a la morada que les ha preparado. Y todo ello, sin haber sido elegidos. Simplemente, por creer en Él y aceptar su Amor. Así, al poner a cristianos a su lado, Dios también los eligió a ellos. 

  Pero esta Elección va mucho más allá. Los vecinos "admirados" del trabajo del Hijo de Dios también pueden pedir al Señor de las tierras que envíe a Su Hijo a su parcela para que las trabaje. Si es así, el Señor, gustosamente, también les enviará al Jardinero a sus tierras para que disfruten ya aquí, en vida, de los frutos del Reino. Porque, como hemos dicho, su intención es que todos se salven. Pero siempre respetando la libertad del hombre.

  "Vuestra vida no les pertenece sino que es un don con el cual ustedes deben llevar gozo a otros y conducirlos a la vida eterna" Mensaje de la Virgen en Medjugorje el día de Navidad de 1992

   "Una cosa es evidente: Dios elige. Analizar racionalmente las causas de la elección es imposible, es un misterio. Pero no elige para excluir a los demás, sino para llegar a unos por medio de otros" BENEDICTO XVI

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