Desde hace mucho tiempo quería hacer memoria del pequeño Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años ahogado en una playa de Turquía en septiembre de 2015 cuando su familia trataba de llegar en una barca de refugiados a Grecia. En el naufragio también murió un hermano suyo de cinco años y su madre. El niño sirvió para agitar conciencias en la Unión Europea sobre el drama humanitario que vive el pueblo sirio que huye de la guerra civil de su país. Pero los creativos periodistas del Charlie Hebdo de la libre, igualitaria y fraternal República Francesa han utilizado varias veces su muerte, la muerte dramática de un pequeño inocente, para vender su revista. Para reirse de él en su portada. Dos veces se han reido de este inocente.
¿Qué habría llegado a ser el pequeño Aylan si se hubiera hecho mayor? Acosador de mujeres en Alemania |
Tan cerca de la meta...Promoción! 2 menús de niño por el precio de uno |
Humillar a alguien no es libertad de expresión. Y menos cuando el humillado es un niño, es un pobre y ha muerto con su familia cuando huían de la guerra buscando vivir en la Europa de las libertades. La Europa en la que algunos se ríen de los pobres y encima se atreven a decir que eso es periodismo. Esto no es periodismo. Esto es un acto miserable que se escuda en la libertad de expresión. Como creo en la libertad de expresión me permito decir que un poco de Francia y sus libertades murió cuando se publicaron estas dos portadas de Charlie Hebdo en que se utilizó a Aylan para mofarse de un pobre. ¿En qué me baso para decir esto? En el propio Aylan. Su cuerpo muerto muestra los colores de una bandera francesa naufragada, encallada en las arenas del Islam en Turquía: azul de los pantalones, blanco de la cintura, rojo de la camiseta. Quizá es una imagen profética. No sé. Vive la France!
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