Suceden muchos cambios en nuestra sociedad y en nuestra vida que nos hacen pensar que el mal está ganando la batalla al bien y que la secularización progresiva del mundo y la persecución a la Iglesia acabaran con el Bien. El divorcio devastador que está rompiendo familias enteras, el repudio amparado por ley, ancianos que mueren solos en los asilos, aborto y abortivos a la carta para niñas a escondidas de sus padres y amparado por la ley, la eutanasia que avanza, la imposición de la moral laicista en las escuelas que impone la salud no reproductiva, la intolerancia hacia la expresión religiosa, etc.
¿Está ganando el mal la guerra? Estos hechos nos sumen algunas veces en un pesimismo fatalista que nos hacen ver un final del mundo en el que la redención de Cristo no sirvió para nada. Pero no es mas que una imagen ilusoria, digamos que otra victoria más del mal, en este caso en el corazón de los cristianos que no estan anclados fuertemente en Cristo. Como dijo Eduardo Verástegui en Valencia (video de abajo), el mal sólo está ganando batallas, pero la guerra ya está ganada por Cristo. Es más, la victoria en esa batalla está escrita: en el Apocalipsis. La Escritura es obra de Dios. Y habla al hombre, directamente a su vida. He encontrado un análisis muy interesante de Hans Urs von Balthasar:
"En el Apocalipsis, el cristiano debe mirar a los ojos, con realismo, el hecho de que se encuentra en medio de una contraposición de fuerzas que lo superan: entre cielo e infierno, pero que esa lucha no se agita simplemente por encima de su cabeza, de modo que él pudiera esperar, permaneciendo neutral, el resultado final. Sino que, por el contrario, el cristiano ha de ser consciente de que su decisión es exigida y esperada. Si se decide por Dios, entonces Él le incorporará en su victoria, que gana luchando en Jesucristo. De este modo, las palabras de adiós de Jesús, en el evangelio según san Juan, también concluyen con el doble realismo del Apocalipsis: angustia frente a los poderes superiores y prepotentes del mundo, pero también paz y consuelo en que el poder del Cordero ya los ha aniquilado. «Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo sufriréis tribulaciones, pero ¡ánimo, coraje! Yo he vencido al mundo» (Juan 16, 33)"
Hans Urs von Balthasar. Comentarios al Apocalipsis. Ediciones San Juan
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